El PP se negó a abonarle la factura y el exdiputado popular se puso hecho una fiera
Cada día nos depara una sorpresa. Este 8 de febrero de 2013 nos enteramos, en la portada del diario ‘El Mundo’ que Jorge Trías se jactó ante el fiscal anticorrupción, que intenta indagar que hay de cierto en los papeles manuscritos que ha estado publicando ‘El País’, de haber logrado que el juez Pedreira levantara la imputación a Rosalía Iglesias, la mujer de Luis Bárcenas.
No en un asunto cualquiera, sino en el caso Gürtel. Fue en 2010.
Cuatro meses después de haber librado a la señora Bárcenas de un buen sofocón, el 6 de septiembre de 2010, Jorge Trías pasó al PP una factura de 48.000 euros más 8.100 euros de IVA por ‘trabajos de asesoría’ a favor del partido.
El PP se negó a abonarle la factura y el exdiputado popular se puso hecho una fiera.
La exoneración de Rosalía Iglesias se acordó pese a la insistente y rotunda oposición de las fiscales Concepción Sabadell y Myriam Segura, que se indignaron cuando Pedreira dictó el sobreseimiento (luego revocado cuando el proceso volvió a la Audiencia Nacional).
El hecho de que la decisión pudiera deberse a la influencia o asesoramiento de Trías, como él sostuvo ante el fiscal Romeral, puede enturbiar el caso Gürtel y dar una baza a las defensas: es del todo asombroso que alguien que no es ni el juez ni el fiscal ni abogado personado en la causa sostenga que se han dictado resoluciones gracias a él.
Esto se une a la confesión del ex tesorero de que el abogado le propuso reunirse con Garzón -que hoy acude a la Cadena SER a contar su versión del embrollo- para que le echara una mano.
Garzón fue el instructor inicial del caso, pero se inhibió en favor de los TSJ de Madrid y Valencia por la presencia de varios aforados.
En esa fase inicial, ordenó la realización de unas escuchas en prisión de los cabecillas de la trama, que a la postre supusieron su inhabilitación por parte del Tribunal Supremo, que entendió que las grabaciones violaban el derecho a la defensa de éstos.
El propio Trías, en un artículo de enero de 2012 en ‘El País’ –en el que, precisamente, hablaba de una «cacería judicial» contra el todavía juez Garzón–, afirmaba que había asesorado a miembros del PP en el ‘caso Gürtel’ y narraba a su manera el episodio de la minuta:
«El día que este diario desveló que un conspicuo líder popular había cobrado minutas por varias decenas de miles de euros para autodefenderse, me escandalicé, hasta el punto de que decidí pasar una minuta, por menor cantidad por supuesto, ya que al cabo yo no tenía incompatibilidad alguna y llevaba más de un año trabajando por amor al arte ayudando a mis compañeros de partido. Evidentemente no me pagaron nada y me dijeron que a mí nadie me había contratado, con lo cual tuve la excusa de salirme de este tema, que me producía náuseas».
Bárcenas anda diciendo ahora que mucho de lo que ha pasado últimamente y todas esas fotocopias, que él asegura que no son suyas y Trías dice que si, vienen de ese enfado.