Erase un ministro de Justicia y un diario despechado

Alberto Ruiz-Gallardón pasa en una semana de príncipe a sapo en ‘El País’

El periódico ha sacado su artillería pesada contra el que un día fue su "niño bonito" del centro derecha español

Hubo un tiempo en el que Alberto Ruiz Gallardón fue el niño bonito del centro derecha para El País, que le dedicaba flores y atenciones, para desconfianza de muchos populares.

Como explica Ana. I. Martín en ‘El Semanal Digital’, se ayudaban mutuamente. El diario, poniéndose siempre de su parte en los enfrentamientos del exalcalde de Madrid con Esperanza Aguirre. Él, pasando información a Prisa, directamente o a través de quien fuera su número dos en el Ayuntamiento, Manuel Cobo.

Valga un dato: cuando Gallardón fue designado ministro de Justicia, le ofreció al responsable de tribunales de El País, José Yoldi, ser su director de comunicación para intimar aún más con el polanquismo. Aunque obtuvo un no por respuesta y su plan B fue una periodista de La Gaceta, Elena Martín.

Sin embargo, la reforma de la ley del aborto impulsada por el ministro ha terminado por hacer añicos una relación que ya había empezado a tambalearse a cuenta de la subida de las tasas judiciales y la polémica reforma del Consejo General del Poder Judicial.

En los últimos días, El País ha sacado toda su artillería pesada para hundir la línea de flotación de Gallardón. Desde Juan José Millás a Elvira Lindo, pasando por Juan Cruz, Soledad Gallego-Díaz o Joaquín Estefanía. Las grandes firmas del periódico cargan las tintas contra el que, para Prisa, ha pasado de ser un príncipe a convertirse en sapo.

La última en sumarse a la campaña de El País ha sido Almudena Grandes, que bajo el título Qué asco este lunes se declaraba con «ganas de vomitar» por la reforma de Gallardón.

«Por el último resquicio de 2013, se ha colado lo malo conocido, el viejo y pestilente aroma de la represión, la caspa polvorienta de la España nacionalcatólica, el puritanismo dogmático de los padres de la patria que usurpan nuestra voluntad, nos expropian el cuerpo por nuestro bien, y condenan a las mujeres -esas sentinas de todos los vicios- a ser desgraciadas por la eterna salvación de sus almas».

Para entender el amor tornado en odio entre el ministro de Justicia y el diario generalista más influyente también hay que mencionar a la periodista Marisa González. Los días de vino y rosas fueron aquellos en los que la relación de Gallardón con los periodistas la llevó ella.

 

Quien, cuando hace dos años recibió una patada de su jefe, fue fichada por una entonces recién nombrada delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Ahora es esta última quien recibe las carantoñas de El País y de otros medios de izquierda y derechas.

 

Estos días más de los de izquierdas por oponerse a la ley del aborto de su compañero de filas. El sábado, sin ir más lejos, Cifuentes acudió al plató de La Sexta Noche.

Ya lo dice el refrán: un clavo saca otro clavo.

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