Se pone más interés en castigar al funcionario que deja escapar a un preso que en premiar a aquel que consiga la reinserción de un recluso
La exmagistrada y candidata de Ahora Madrid al Ayuntamiento de la capital es -según el siempre sarcástico Alfonso Ussia- una especie de ‘Lenin con melenas’ («La juventud ha preferido para Madrid a una mujer bastante mayor, Carmena»).
Suena exagerado, pero basta echar un vistazo a la hemeroteca, para concluir que algo de fundamento tiene la frase.
La podemita Manuela Carmona opina que un 94% de los presos que había en el actual momento en España deberían estar en libertad, ya que, a su juicio, estaban encarcelados por «minucias» (Antología del disparate: «La gente que viene con droga no puede ir a la cárcel»).
En el transcurso de la tertulia política ‘Fort Apache’ del canal Hispan TV, en 2013, programa conducido entonces y aún hoy por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, la exjuez valoraba que sólo el 6% de los reclusos españoles habían cometido delitos considerados de «verdadero daño» para la sociedad (La Asociación de Víctimas del Terrorismo: «Siempre ha inclinado la balanza del lado terrorista»).
En una de sus intervenciones, Carmena aclaraba que este 6% de presos corresponde a delitos de sangre o de terrorismo, apoyando que el 94% de la población penitenciaria radica en delitos menores relacionados con la droga:
«Todo el tema de la droga, de las minucias… todo eso fuera».
Un ejemplo que ponía Carmena es el de las personas que son interceptadas en Barajas portando droga en su cuerpo, considerando un «disparate» que éstas acaben en prisión («La gente de la cárcel tiene que estar en las listas de Carmena»).
En otro de sus alegatos, la exmagistrada criticaba el exceso de «burocratización» en las cárceles españolas y, aunque reconocía el avance en materia penitencia habido en España desde la Transición, subrayaba que «la esencia de la cárcel sigue siendo el castigo».
Apuntaba la podemita Carmena que se pone más interés en castigar al funcionario que deja escapar a un preso que en premiar a aquel que consiga la reinserción de un recluso (Eduardo Inda: «Manuela Carmena me provoca asco moral»).
