Apenas quedan mil pastores en España. La vida del pastor de cabras es dura y mal pagada. No hay horarios ni vacaciones, un oficio solitario.
Es fácil pensar en dejarlo, lo sorprendente es cambiarlo por el negocio del narcotráfico. La Guardia Civil intercepta 1.300 kilos que iban directamente hacia Holanda. Es el último envío del pastor.
Llevaban meses detrás de él. Pero nunca imaginaron el alcance de esta organización criminal que distribuye la droga por Europa.
Con más de 11 millones de euros en casas, empresas y vehículos. Los intervienen todos y detienen a 21 personas.
Entre ellos, un tipo ‘humilde’ y de voz suave llamado José María Puerto, el cabrero que financia a la organización.