El ministerio público imputa a siete de los facinerosos cuatro delitos de lesiones terroristas

La Fiscalía pide 50 años de cárcel para los proetarras que agredieron a dos guardias civiles de Alsasua

Los agentes, un teniente y un sargento, sufrieron graves lesiones que llegaron a requerir cirugía

La Fiscalía pide 50 años de cárcel para los proetarras que agredieron a dos guardias civiles de Alsasua
Los proetarras juzgados por agredir a guardias civiles en Alsasua: de Alsasua: Adur Ramírez de Alda, Ainara Urquijo, Aratz Urrizola, Iñaki Abab, Jokin Unamuno, Jon Ander Cob, Julem Goicoechea y Oihan Arnanz. GC

La Audiencia Provincial de Navarra entendía que la agresión no podía entenderse como terrorismo

La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita una pena de 50 años de prisión para siete de los ocho proetarras que agredieron en masa, con premeditación, alevosia y la superioridad que da la masa,  a dos guardias civiles y a las parejas de estos en Alsasua (Navarra) el 15 de octubre de 2016.

Lo hace imputándoles cuatro delitos de lesiones con carácter terrorista. Para la octava imputada, la fiscalía reclama una pena de 12 años y medio de cárcel por amenazas con carácter terrorista.

El ministerio público ha remitido ya su escrito de calificación sobre los hechos, ocurridos durante las fiestas del pueblo a la salida del bar Koxka.

Los dos miembros del instituto armado fueron identificados en el establecimiento, insultados y sacados a golpes de local por un grupo de jóvenes afines a Ospa! (¡largo!, en euskera), un movimiento de la izquierda abertzale que propugna la expulsión de la Guardia Civil del País Vasco y Navarra.

Los agentes, un teniente y un sargento, sufrieron graves lesiones que llegaron a requerir cirugía.

Según fuentes del Ministerio público, se reclama la pena mínima por este delito, que asciende a 12 años y medio de cárcel, que multiplicado por cuatro lesionados arroja la petición de medio siglo de cárcel para cada imputado.

La decisión llega después de un litigio entre la Audiencia Nacional y la Audiencia Provincial de Navarra sobre la competencia para investigar y enjuiciar los hechos.

El tribunal navarro entendía que la agresión no podía entenderse como terrorismo, mientras que la Audiencia Nacional reclamaba para sí la causa al apreciar la existencia de este delito. Finalmente, el pasado 1 de junio, el Tribunal Supremo dirimió el conflicto de competencia y decidió que correspondía a la Audiencia Nacional.

CRONOLOGIA DE LA AGRESIÓN

2.30 horas. La cronología de la agresión recogida en el informe arranca a las 2.30 de la madrugada del 15 de octubre de 2016, en el bar Koxka de Alsasua. Esa es la hora en la que el teniente y el sargento de la Guardia Civil, acompañados de sus parejas, empiezan a notar que «un grupo de personas que se encontraban en el bar les miraban fijamente, señalándoles».

Tras pedir unas consumiciones, el teniente fue al baño y en ese momento uno de los acusados Ohian Arnaz, experto en artes marciales, según el documento, le preguntó al agente si era «madero». El guardia civil le respondió afirmativamente, pero le replicó que se encontraba en su tiempo libre. «Menos tiempo libre», le espetó el joven abertzale.

Minutos después les volvieron a increpar con el lanzamiento de un vaso de chupito de plástico. Ni los guardias civiles ni sus parejas le dieron importancia al «no causarles ningún daño o perjuicio».

3.30 horas. Unos 60 minutos después del primer encontronazo accedió al bar otro de los acusados, Jokin Unamuno «junto a varios individuos más y una chica». Unamuno se acercó al sargento «en actitud desafiante, encarándose con él e increpándole por su presencia en el bar». «Por la manera de entrar directamente hacia el grupo, a las víctimas les dio la impresión de que Jokin Unamuno tenía conocimiento previo de que ellos se encontraban en el local», apunta el informe.

«Jokin, déjanos en paz»

El teniente se dirigió al joven por su nombre: «Jokin, déjanos en paz, estamos en nuestro tiempo libre, si puedes márchate a otro lado, déjanos en paz». El hecho de que el guardia civil supiese su nombre irritó especialmente al acusado (vinculado a los movimientos que piden la salida de las fuerzas de seguridad del País Vasco y Navarra), quien comenzó a gritar al grupo y a pedirles que se fueran del lugar.

El estudio del teléfono móvil de Jokin Unamuno realizado por la Policía Foral da cuenta de que realizó llamadas a otro de los implicados en la agresión Adur Ramírez sobre el que este diario ya informó que en 2015 viajó a la guerra de Ucrania para apoyar a los movimientos separatistas prorrusos.

A juicio de la Guardia Civil, estas llamadas pudieron servir «para avisarle de la presencia de los agentes de la Guardia Civil y sus parejas en el interior del establecimiento, así como para instigar a sus allegados para echarlos del bar a la fuerza y agredirlos posteriormente».

«Tenéis lo que os merecéis»

Siempre según el informe de la Guardia Civil, a medida que iban pasando los minutos, se iban congregando personas en el bar «rodeando» a los agentes. «Iros de aquí que os vamos a matar por ser guardias civiles», gritó Arnaz, el mismo que una hora antes había preguntado a uno de los guardias por su condición de «madero».

Una de las novias de los agentes pidió a una chica del grupo que les rodeaba que se llevase a su amigo, pero la respuesta que recibió fue similar: «Eso os pasa por venir aquí, tenéis lo que os merecéis».

Acto seguido, el joven exaltado -experto en artes marciales- se lanzó a por el teniente, pero la novia del guardia se puso en medio «diciéndole que si le quería pegar a su novio, tendría que pegarle a ella primero». Arnaz contestó que a ella no, pero que a los agentes sí que les iba a pegar. A su lado estaba otro de los acusados, Jon Ander Cob, quien insistió en que no tenían «derecho» para estar ahí.

25 personas: «Iros de aquí, hijos de puta»

El grupo que rodeaba a los agentes era ya de 25 personas y comenzaron a proferir insultos de gravedad: «Esto os pasa por venir aquí, iros de aquí, hijos de puta pikoletos, os tenemos que matar por ser guardias civiles, cabrones txakurras [perros en euskera]». Es en ese momento cuando empezaron las primeras agresiones.

El teniente relata que las primeras patadas y puñetazos los recibe por la espalda mientras tres o cuatro personas zarandeaban a su novia. Al empezar los golpes, los guardias y sus parejas trataron de abandonar el local, pero al menos el teniente no podía avanzar al encontrarse rodeado «por unas siete u ocho personas que le agredían siendo reconocidas Adur Ramírez y Ohian Arnanz».

Un «pasillo» de golpes

El informe relata una escena de «empujones, patadas y puñetazos» y añade que «justo antes de la salida, se formó un pasillo en el que, entre 20 y 25 personas les agredían con todo tipo de golpes conforme lo cruzaban. En ese momento, la novia de uno de los agentes le mordió el brazo a uno de los agresores.

El acoso continuó a la salida del bar ya que más gente comenzó a salir del cercano bar Biltoki, de ambiente abertzale a diferencia del lugar en el que comenzaron los hechos.

«Cuando el teniente consigue alcanzar la acera, tres o cuatro individuos agarran por la espalda al sargento, separándolo del teniente y llevándose al citado sargento a golpes hasta la mitad de la calzada, tirándolo al suelo mientras es golpeado tanto con puñetazos como con patadas por todo el cuerpo», prosigue el informe del Instituto Armado.

«Sangrando por la boca»

Ya en el suelo, el sargento trata de cubrirse el estómago, razón por la que la mayoría de golpes se los llevó en la espalda. Su novia trató de protegerle «siendo agredida igualmente». «Al sargento torturador hay que matarlo».

El documento señala especialmente a tres jóvenes como autores de estas agresiones. Se trata de Adur Ramírez, Ohian Arnaz y Aratz Urriozola. Paralelamente, el teniente, que estaba «sangrando por la boca», recibió en ese momento un patada muy fuerte en el tobillo por la que necesitó ser operado.

4.56 horas. A pesar de la gente que había congregada en la zona y que incluso había grabado los hechos con sus teléfonos móviles, tuvo que ser el teniente de la Guardia Civil quien con su móvil llamó a la Comandancia de Navarra solicitando una patrulla. En primer lugar llegaron a la zona efectivos de la Policía Foral que se encontraron al teniente aturdido y sin ser capaz de contestar a las preguntas que le formulaban.

El grupo de abertzales que estaba en el lugar prestó una sudadera a Adur Ramírez para que no fuese reconocido como autor de la agresión. Por su parte, la Policía Foral arrestó a Jokin Unamuno. «Cuando los agentes intentan introducir al detenido en el vehículo policial, la multitud presente comienza a forcejear y agarrar al detenido para impedirlo», narra el informe, según el cual las personas congregadas lograron incluso abrir el furgón policial para sacar de él al detenido.

«Esto os ha pasado por salir de ahí arriba, cada vez que salgáis os va a pasar lo mismo así que lo que tienes que hacer es no salir de allí», le espetó una joven identificada como Ainara Urquijo al sargento que había sido agredido.

5.24 horas. Al lugar llegan ya más patrullas de la Guardia Civil y la Policía Foral que observan la presencia de «unas 50 personas muy alteradas». Los agredidos tratan de identificar a los autores de la paliza «sin conseguirlo». En ese momento el informe relata que los presentes seguían increpando al sargento refiriéndose a él como «sargento».

6.15 horas. Los agredidos son trasladados al Complejo Hospitalario donde fueron atendidos.

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