La noticia es para vomitar, pero al mismo tiempo pone sobreaviso a aquellos que suelen recurrir a los profesionales de la psicología para que tengan en cuenta a quién confían dentro de unos años sus traumas.
Este 16 de julio de 2017 el diario La Razón sorprendía a sus lectores con una información cuando menos repulsiva. El asesino de Miguel Ángel Blanco, Javier García Gatzelu, alias ‘Txapote’, está estudiando en la cárcel de Huelva para ser en un futuro psicólogo.
Esta alimaña, que no tuvo problema en descerrajarle dos tiros en la cabeza al edil del PP el 12 de julio de 1997, pretende ahora arreglar el coco a la sociedad. Lo curioso es saber cómo puede este siniestro personaje ponerse a ser el terapeuta de unas personas a las que hace unos años atrás hubiese pegado un tiro sin pararse ni medio segundo a reflexionar sobre su acción.
‘Txapote’ quiere ser psicólogo y no duden, como comenta Alfonso Rojo en ‘Te doy mi palabra’ (Onda Cero) que a esta rata de dos patas se la van a rifar en los centros universitarios de su Euskadi natal:
A ver qué universidad del País Vasco se lleva el gato al agua y le da al etarra una matrícula de honor cum laude.
Por supuesto, tampoco demostró ser una persona capaz de ayudar a comportarse a otras cuando el mismo montaba pollos en la Audiencia Nacional, tal y como cuenta el diario La Razón donde se burló de la jueza Ángela Murillo, en 2010, cuando siendo juzgado por uno de sus tantos asesinatos se dedicó a lanzarle besos a la magistrada.
Eso sí, este elemento sanguinario demostró que sí puede llegar a tener trazas de ‘humanidad’ cuando se trata de los suyos y el Estado tuvo que gastar un pastizal para que esta mala bestia pudiese visitar a su padre enfermo en Basauri (Vizcaya) en mayo de 2017.