Un hijo de puta de tomo y lomo. Con antecendentes y una proclividad a la traición que hiela la sangre. Hablamos de Rodrigo Lanza, chileno de origen, español de nacionalidad y asesino en horas libres.
El auto por el que la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, Natividad Rapun, ha enviado este 14 de diciembre de 2017 a prisión a Lanza como autor de la muerte de Víctor Láinez detalla que el podemita antisistema se ensañó con la víctima pateándole la cara una vez que ya estaba caída en el suelo moribunda.
En su escrito, la magistrada destaca que los informes médicos descartan que el motero Laínez tuviera ocasión de defenderse.
Como explica Óscar López-Fonseca en ‘El País’ este 14 de diciembre de 2017, Lanza, con una desvergüenza que irrita, alegó que le había amenazado con un arma blanca que, hasta ahora, no ha aparecido y que no aparecerá porque no existió.
La juez hace un relato detallado de lo ocurrido en el bar El Tocadisco de la capital aragonesa en la madrugada del pasado 8 de diciembre.
Así, señala que varios testigos presenciales han coincidido en señalar que el motivo de la agresión fue «el simple hecho de portar, en el legítimo uso de su libertad personal, unos tirantes con los colores de la bandera española».
El auto destaca que ese fue el único móvil que llevó a Lanza a golpear a la víctima «por la espalda sin posibilidad alguna de defensa y utilizando al efecto un objeto lo suficientemente contundente como para provocarle una fractura ósea» en la cabeza que le causó una hemorragia y le afectó al cerebro.
Según el informe preliminar de la autopsia, esta fue la «lesión principal y causa de la muerte».
Ello provocó el desplome de Láinez al que su agresor siguió golpeando en el suelo.
«Le propinó fuertes golpes en la cabeza, quizá patadas, que le provocaron la rotura de los huesos propios de la nariz y zonas adyacentes».
La juez recalca la «gran intensidad traumática» de la agresión:
«Tanto en la parte posterior como anterior de la cabeza, sin que se aprecien signos externos de reacción o defensa de su cuerpo».
La juez asegura que «no existe duda de la identidad del autor de los hechos», ya que fue identificado por el dueño del bar, cinco clientes y las tres personas que acompañaban al propio Lanza.
Él mismo ha reconocido haber sido al agresor, aunque ha alegado que fue en defensa propia «para evitar una posible agresión con arma blanca» por parte de la víctima.
Sin embargo, la magistrada recalca que no hay pruebas de la existencia de ningún arma hasta ahora y recalca que la versión del facinerosos, al que defendieron en su día personajes como Ada Colau o Pablo Iglesias, «entra en clara contradicción» tanto con los datos de la autopsia como con el testimonio de algunos de los testigos presenciales.
La magistrada justifica su decisión de enviar a prisión sin fianza a Lanza en sus «antecedentes penales», en referencia a la condena de cinco años de cárcel que cumplió tras dejar tetrapléjico a un guardia urbano de Barcelona en 2006.
«También porque pudiera protagonizar nuevamente conductas violentas frente personas que le desagradan, bien por su ideología, bien por los signos externos que le representan».
La juez también indica que con su ingreso en prisión pretende evitar «cualquier tipo de manipulación directa o indirecta sobre la declaración de los testigos presenciales de los hechos» que deberán comparecer en los próximos días ante el juez que se ha hecho cargo del sumario.
¿Por qué no aplaudió el alcalde de Zaragoza tras el minuto de silencio por Víctor Láinez?