Tiene asumido que va a pasarse en la cárcel de Neumünster una larga temporada, y puede irde acostumbrando a la nueva dieta que lejos queda de sus atracones a base de langosta y champagne cuando se las daba de exiliado por la causa.(La reportera de Telecinco pilla al abogado de Puchi a voces y cabreado como una mona por el viaje del KO).
En este penal que fue construido entre 1901 y 1905 y acoge a reclusos en prisión preventiva o condenados por delitos menores, lo único que sirven, sobre todo a la hora de la cena, son salchichas y fiambres, viandas de las que da buena cuenta en una especie de angustiosa gula. (El ‘all-in’ del farolero Rufián para hacer ganar la partida al tahúr de Puigdemon).
Rodeado de presos con condenas no mayores a cinco años; la mayoría son alemanes y, entre los extranjeros, predominan los turcos condenados por delitos sexuales. De secesionistas, ni rastro. (Los cuatro misteriosos acompañantes de Puigdemont cuando fue cazado).
Según la información que ofrece del centro el mencionado land de Schleswig-Holstein, de cuyas autoridades depende, tiene capacidad para 571 reclusos, 505 de ellos en régimen cerrado y 20 plazas que pueden utilizarse como clínica psiquiátrica de día.
Además de condenados por robo, hurto, extorsión o lesiones, que suman el 60 % del total de los presos de Neumünster, hay también reclusos por tráfico de drogas, fraude o los referidos delitos sexuales. (El veterano Pepe Oneto le sacude con la fregona a una tuitera faltona a cuenta de Puigdemont).
Según el último balance de las autoridades regionales, el 70 % de los jóvenes y el 40 % de los adultos que ingresan en Neumünster no tienen el graduado escolar y cerca del 90 % de los jóvenes y del 60 % de los autos carecen también de una formación profesional.
El 72 % tiene la nacionalidad alemana y el 28 % restante pertenece a 28 nacionalidades diferentes.
En la celda del expresident hay poco más que una litera, un pupitre desde el que escribir unas cartas que le controlarán por ser preso preventivo y una pequeña televisión.
El ‘all-in’ del farolero Rufián para hacer ganar la partida al tahúr de Puigdemont
