XENOFOBIA, SECTARISMO Y ODIO EN CATALUÑA

Una banda de independentistas obliga al juez Llarena y a su esposa a ‘huir’ de un restaurante en Gerona

El magistrado tuvo que abandonar el local en coche, rodeado de sus guardaespaldas y con sirenas policiales, entre insultos y golpes de los secesionistas

Una banda de independentistas obliga al juez Llarena y a su esposa a 'huir' de un restaurante en Gerona
Gema Espinosa, esposa del magistrado Pablo Llarena, con el juez. EP

Llarena salió del local en compañía de su esposa, con sus escoltas, y se alejaron con las alarmas policiales puestas. Los acosadores llegaron a golpear los coches.

Se consideran los dueños de Cataluña y tras el susto del artículo 155 y unos meses de acojone, los independentistas han recuperado la chulería animados por las ambigüedades y el lenguaje blando de Pedro Sánchez y su Gobierno (Ni inmigrantes, ni Cataluña, ni taxistas para Pedro Sánchez: el presidente socialista se va tres semanas de vacaciones a la playa ).

Y muy es su estilo, una banda de exaltados, de esos del lacito amrillo en la solapa, la señera en la pulsera y el berrido a flor de labios, ha acosado al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, instructor de la causa del «procés».

El magistrado se encontraba cenando en un restaurante de Palafrugell (Gerona) (El golpista Puigdemont: «Pedro Sánchez debe hacer los deberes pendientes porque su periodo de gracia se acaba»).

En la comida, en la que participaron unos 20 comensales, estaba también el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz y no el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, como hicieron correr los fanáticos por las redes sociales.

Al enterarse de que el juez estaba en el establecimiento, un grupo de secesionistas se desplazó a toda prisa hasta el lugar y comenzaron a insultarle, a él y a su esposa, arreciando la carga cuando iban a abandonar el local.

Los autodenominados Comités para la Defensa de la República avisaron en las redes sociales de la presencia, entre otros, de Llarena en la localidad gerundense, con la siguiente amenaza: «Llarena no es bienvenido«.

«Las calles siempre serán nuestras», comenzaron a corear los indepedententistas mientras el magistrado abandonaba el restaurante en coche.

Llarena salió del local en compañía de su esposa, con sus escoltas, y se alejaron con las alarmas policiales puestas. Los acosadores llegaron a golpear los coches.

Poco antes, en la zona se había realizado un homenaje al golpista Jordi Sànchez, ex presidente de la ANC y diputado de Junts per Catalunya, encarcelado desde el pasado mes de octubre de 2017.

Además de pitidos, también le dedicaron insultos, así como «la bienvenida al Ampurdán» con recochineo.

Ha sido un usuario de Twitter (@rumbopropio) el que ha denunciado los hechos, publicando el vídeo en cuestión.

Llamativa la ausencia de los Mossos y la falta de cualquier respuesta oficial. El magistrado cuenta con escolta policial reforzada desde que tomó las riendas de las pesquisas sobre el golpe del 1-O, pero sus guardaespaldas, por indicación suya, no intervinieron.

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