«Viene Lola, aquí conmigo«. El ahora ‘apestado’ comisario José Manuel Villarejo lo tenía claro: había sido el primero en llegar al restaurante Rianxo, su «territorio», como él solía decir, e iba a invitar a sus ‘amigos’ para celebrar su medalla pensionada recién concedida, así que distribuyó a los comensales como él quería y colocó las sillas de Baltasar Garzón y Dolores Delgado junto a él.–La ‘feminista’ ministra Dolores Delgado, en la picota: «Marlaska es maricón»—
El digital Moncloa.com sigue desvelando nuevos episodios de la comilona, que tiene ya contra las cuerdas a la actual ministra de Justicia. Un encuentro gastronómico que la titular de cartera en el ejecutivo socialista siempre negó…hasta que las grabaciones le han hecho matizar su discurso.
La grabadora camuflada, un aparato de última generación, ya estaba funcionando. Villarejo la había activado en la calle, un par de minutos antes de entrar en el restaurante.
Así pues, con esa distribución, las voces de Garzón y Delgado serán las mejor captadas. No era casualidad, como pueden imaginarse.–A Dolores Delgado, ministra de Sánchez, ‘novia’ de Garzón y ‘amiga’ de Villarejo, le huele el culo a pólvora —
El restaurante Rianxo, que hoy en día ya no existe, era uno de los sitios preferidos de Villarejo–Nervios en el Ministerio de Justicia: Dolores Delgado se carga a su equipo de prensa–.
Era el mismo lugar en el que había coincidido unos meses antes de ese 2009 con Luis Bárcenas, Álvaro Lapuerta e Ignacio Llorens, (PP de Lérida), cuando el caso Gürtel ya había estallado.–Los 5 momentos más morbosos de la ministra Delgado en la comida con Garzón y Villarejo: tiene que dimitir —
Cuando el entonces magistrado de la Audiencia Nacional y la fiscal llegan a la mesa, el resto de comensales ya se han terminado casi todos los entrantes.
Además, Garzón se disculpa porque quiere ir a saludar a una persona que ha visto al entrar en el restaurante, así que el anfitrión ejerce como tal y se dirige a la hoy ministra de Justicia por el diminutivo familiar por el que la conoce: «Lola, ¿vino o cerveza?«. La fiscal prefiere por lo segundo y es el propio Villarejo, agasajando a tan distinguidos comensales, es quien da la orden al camarero: «Una cañita por aquí«.