Las fotos de la vicepresidenta Carmen Calvo, ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, sonriente posando con el tricornio como si fuera una folklórica están revolucionando las redes.
Fueron sacadas durante los actos de conmemoración de los 30 años de la incorporación de la mujer en la Guardia Civil este 28 de septiembre de 2018. Pero las sonrisas de la chavista Calvo engañan porque sus colmillos de Drácula están a la espera de morderle la yugular a quien se atreva a publicarlas.
«La vicepresidenta está enfadada por estas fotos. Algún mando ha dado órdenes de que no se difundan pero ha llegado tarde. Yo tan disciplinado ante políticos y mandos que tratan de imponer su capricho aquí las difundo». Esas son las palabras que acaba de tuitear el exsecretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José Manuel Sánchez Fornet.
Parece que han dado ordenes ‘desde arriba’ para que no se distribuyan estas fotos por las redes. La vicepresidenta, que recientemente ha sugerido amordazar a los medios que sacan informaciones que ponen en la picota a los ministros del Gobierno, está con un cabreo monumental por la aparición de estas fotografías.
La mordaza del ‘Gobierno bonito’ de Sánchez no sólo amenaza a los medios sino también a los mandos policiales, que le han echado un órdago publicándolas en Twitter.
Es difícil distinguir donde empieza la realidad y dónde acaba la impostura con este Gobierno que se descompone cada día que pasa sin que Pedro Sánchez convoque elecciones.
