LA BAJADA DE PANTALONES DEL PSOE

El silencio del ‘okupa’ Sánchez preparando el indulto de los golpistas catalanes presos

Rivera pide al líder socialista que lo asegure o que convoque elecciones con los indultos en el programa para que decidan los españoles

El silencio del 'okupa' Sánchez preparando el indulto de los golpistas catalanes presos
Los independentistas Junqueras y Puigdemont y el socialista Sánchez. EP

El jefe socialista fue incapaz de afirmar que no concederá el indulto a los golpistas, un silencio solo posible en quienes están dispuestos a poner de rodillas al Estado ante el separatismo

No es cierto que Pedro Sánchez se baje una y otra vez los pantalones antes los independentistas catalanes de los que depende su continuidad en La Moncloa (Este vídeo de ‘okupa’ Sánchez poniendo a parir a Iglesias y a los separatistas se viraliza).

En honor a la verdad hay que admitir que el líder del PSOE se presenta siempre ante los golpistas y sus colegas con los pantalones bien doblados y puestos en su antebrazo (Ussía se parte la caja con el hostión eclesial que se han pegado los «burrísimos» Sánchez y Calvo con Franco).

Y este 31 de octubre de 2018, lo ha dejado una vez más patente, cuando Albert Rivera le ha pedido que se defina de una vez por todas (Dios los cría…y ellos solos se juntan: al igual que a su ‘jefe’ Sánchez, Rosa María Mateo recibe el aliento y apoyo del separatista Rufián).

Podía, como sugería este jueves David Gistau en la COPE, haber contestado con un rotundo ‘no’, porque acostumbrado a incumplir su palabra, más adelante incumple y en el PSOE y Podemos le apluaden, pero no lo hizo.

A pocas horas o días de que el Ministerio Fiscal, la Abogacía del Estado y el partido político VOX entreguen a la Sala Segunda del Tribunal Supremo sus escritos de acusación contra los dirigentes responsables del proceso separatista en Cataluña, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio la callada por respuesta en el Congreso de los Diputados cuando fue preguntado por si concedería indultos a los futuros condenados por el «procés».

Ante una pregunta así, Suárez, Calvo Sotelo, González, Aznar o Rajoy habrían respondido: «Por supuesto que no cabe indulto para personas condenadas por la Justicia por un golpe contra nuestro país y nuestra Constitución».

Pero Sánchez opta por un silencio culposo, porque teme molestar a los socios separatistas que lo mantienen en La Moncloa, o simplemente porque sopesa conceder la gracia del perdón a los protagonistas del mayor ataque a nuestra democracia desde el 23-F (lo cual le resultaría complicado, pues el indulto exige arrepentimiento).

En el Telediario de la TVE «plural» de Rosa María Mateo la noticia de que Sánchez se niega a desmentir que vaya a indultar a los golpistas no existió. Sí hubo despliegue con los audios de Villarejo y Cospedal, punta de lanza también de las críticas de Carmen Calvo contra el PP.

Vivimos en la contradicción: cuando los vídeos desvelaban el inadmisible comportamiento de la hoy ministra Delgado en sus cuchipandas con Villarejo y Garzón, el Gobierno les restaba todo valor, era solo el chantaje de un preso. Hoy las grabaciones les sirven como munición contra el PP y la fonoteca del policía corrupto pasan a considerarla oro pulido.

A pesar de la insistencia con la que Albert Rivera pretendió arrancar una respuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez mantuvo un escandaloso silencio, que no alteró siquiera cuando el dirigente del partido naranja le espetó «usted se hace el sordo o el tonto».

Es seguro que ni una cosa ni otra, porque Sánchez y su Gobierno han decidido muy conscientemente situarse al lado de las defensas políticas y judiciales de los golpistas. Quien dirige el poder ejecutivo de España no debería nunca silenciar una respuesta tan necesaria como obvia a la pregunta de si está dispuesto a indultar a los responsables de un golpe contra el Estado.

Ese silencio sólo es posible en quien está poniendo al Estado de rodillas ante el separatismo para conseguir esa alianza política entre la izquierda y el nacionalismo con la que sueña el PSOE desde 2003 para erradicar cualquier posibilidad de que el centro-derecha gobierne en España.

Sánchez ha elegido. Y ha elegido el pacto con los golpistas a los que obsequia con un silencio sobre sus indultos que no tiene nada de críptico, porque del indulto a los golpistas ya habló Miquel Iceta en la campaña electoral en 2017, con un efecto desastroso en las urnas.

El Gobierno quiere que los golpistas sepan que se preocupa por ellos más que la vigencia de la Constitución, la independencia del Tribunal Supremo, la autonomía del Ministerio Fiscal y el respeto a las leyes.

Por tanto, no hay duda de que el proyecto político de Sánchez y del PSOE busca coincidir de nuevo con el del separatismo, sea el catalán o el vasco, y con la extrema izquierda, para consolidar la coalición de la moción de censura, a la que no pocos socialistas quieren unir a Arnaldo Otegui, cuya inhabilitación política se juzgará la semana que viene en el Tribunal de Estrasburgo.

La participación del dirigente etarra sería la guinda al proceso de blanqueo que el PSOE quiere aplicar a separatistas y filoetarras para cerrar con ellos el frente contra el centro derecha y liberal.

Ciudadanos ya puede darse por aludido de esta estrategia socialista y no jugar más al despiste en la mesa del Congreso, porque es tan objetivo como el PP de ese propósito de eliminación política de todo lo que no sea izquierda.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído