El objetivo de Enrique Tenreiro era sólo llamar la atención

¿A qué se enfrenta el mamarracho que pintarrajeó la tumba de Franco?

El tipo va de artista y buscaba unos minutos de gloria y salir en las televisiones, porque eso es pasta en una profesión tan maltrecha como la suya (Antonio Burgos: «Los que no creen en Dios presumen de haber ido al Vaticano»).

El gallego Enrique Tenreiro se convirtió este 31 de octubre de 2018 en el protagonista del día por ‘numerito cómico-taurino’ (Pablo Iglesias pide «sensatez» al Vaticano para evitar que Franco acabe en La Almudena).

Se desplazó hasta la Basílica del Valle de los Caídos por la mañana, se puso de rodillas sobre la tumba del dictador Francisco Franco y a toda prisa pintarrajeó con pintura roja una supuesta paloma de la paz junto al mensaje «por la libertad».

Una mamarrachada, buena para LaSexta, los de Atresmedia, el soviet de RTVE y otrso nostágicos de Franco, pero que a él podría salirle cara (Ni siquiera la Ley de Memoria Histórica del PSOE permite a Sánchez vetar el entierro de Franco en La Almudena).

La Guardia Civil identificó de inmediato a Tenreiro y ahora están investigándolo por un delito de daños con posible agravante de odio, según han detallado fuentes del Instituto Armado (Ussía se parte la caja con el hostión eclesial que se han pegado los «burrísimos» Sánchez y Calvo con Franco).

En el Código Penal, el delito de daños está castigado con penas de multa que pueden ir de los seis a 24 meses. Aunque la pena es mayor cuando se trata de un delito de odio, ya que este implica una condena de prisión que puede ir de uno a cuatro años.

En un principio Patrimonio Nacional informó de que Tenreiro había sido detenido tras su acción protesta, pero la Guardia Civil se apresuró ayer en aclarar que solo lo están «investigando» desde el puesto de comandancia de El Escorial.

El artista, que no tiene antecedentes penales, pudo llevar a cabo su acción porque introdujo la pintura en la Basílica en un recipiente de plástico, algo indetectable en los arcos de seguridad que deben pasar todos los visitantes.

En cuanto le pusieron freno los vigilantes, el artista gritó que no estaba en contra de la unidad de España, «pero Franco mató a muchísima gente».

Tenreiro, tras toda la polémica, compartió un mensaje manuscrito en Twitter intentando explicar qué le había llevado a realizar su «acción artística».

«No busco hacer daño a su familia o seguidores, lo que busco es un espacio de libertad por la libertad robada a la generación de nuestros padres y abuelos. Es mi pequeño grano de arena que espero que sirva para aliviar el dolor de los perdedores de una guerra civil que no se debería haber producido. Yo mismo vengo de abuelos claramente implicados en ambos bandos y tengo la idea (tal vez muy ingenua) de que esto contribuya a ayudar a cerrar la herida de mucha gente que aún guarda en sus corazones».

En la postdata insistió en pedir disculpas «a todos los que puedan sentirse ofendidos con su pintada».

En las entrevistas que Tenreiro ofreció a lo largo de ayer afirmó que no se ha detenido a pensar cómo puede tratarse este asunto en la vía judicial.

A pesar de ello no descarta en abrir una campaña de micromecenazgo en internet para que los simpatizantes de su causa le ayuden a financiar las costas judiciales y la posible multa.

Este acto se ha producido en medio del debate sobre el posible traslado de los restos de Franco a la cripta de la Catedral de la Almudena, como desean sus familiares, aunque el Gobierno ha mostrado su disposición a impedirlo al entender que el templo podría convertirse en un lugar de exaltación del Franquismo.

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