Es la historia interminable, en versión pringosa y española (‘La comilona del Rianxo’: momentos gore en el festín de la ministra con Villarejo).
Levanta la liebre este 7 de marzo de 2019 el veterano Carlos Cuesta y lo que cuenta en OKdiario es tan acadabrante que cuesta creerlo: El comisario Pepe Villarejo, en prisión desde hace casi año y medio, adquirió en sus dias de gloria coches a nombre de su entramado de sociedades y se los cedió a más de 40 mandos policiales (Comisario Villarejo: «Sujetos vinculados a la embajada marroquí intervinieron en los atentados islamistas del 11-M»).
Explica Cuesta que esa era una fórmula infalible que utilizaba el ahora encarcelado para ganarse el favor y obtener información de otros destacados policías, la mayoría de ellos comisarios (Los hackers del CNI logran desencriptar todo el material atesorado por el comisario Villarejo en sus discos duros secretos).
La mecánica suponía el ahorro del IVA para todos ellos, y, en el caso de un grupo destacado, directamente permitía el uso gratuito del vehículo porque algunos no llegaron a pagar ni las cuotas del coche (La Fiscalía ve ‘insuficiente’ el audio de Corinna con Villarejo para admitir la querella contra el rey Juan Carlos).
Todo este montaje aparece prolijamente detallado en el sumario sobre el ‘caso Villarejo‘.
Una práctica que los investigadores sospechan que fue usada para ganarse el favor del resto de comisarios y destacados policías y obtener a través de ellos determinada información.
A Villarejo se le imputan delitos de organización criminal, blanqueo y cohecho. Pero las principales sospechas apuntan al hecho de que el comisario ya jubilado ha dedicado buena parte de sus últimos esfuerzos a la creación de una potente red de información confidencial, la clave de su enorme poder.
Los investigadores temen que los distintos informes elaborados por Villarejo y la recopilación de grabaciones y documentos haya contado con cierta colaboración interna en el Cuerpo Nacional de Policía.
Y consideran que una de las mecánicas de captación de informaciones pudo ser precisamente el hecho de haberse ganado el favor de otros policías destacados por medio de pagos camuflados: uno de ellos era la prestación de determinados servicios o la compra de vehículos a través de Cenyt, su red de empresas.
Los investigadores apuntan a vehículos de alta gama. Y señalan un número más que considerable de casos en los que se produjo esta mecánica: cerca de 40 vehículos prestados sin coste o rebajados en el precio -por medio de la asunción del IVA- como medio de compra de esos favores policiales.
El objetivo perseguido era el de acceder a informaciones policiales ajenas, a datos confidenciales y a cualquier otra información que fuera susceptible de ser usada para la posterior venta de informes u otro medio de obtención de lucro o poder.