Les está bien empleado por confiar en esa máxima de que ‘progre no come carne de progre‘. No les debieron informar que cuando es como el estreñido que ficharon, confiando en su aparente sapiencia, les podía comer hasta la cartera.
Los taxistas de Barcelona que, al igual que sucedió con los de Madrid, emprendieron una lucha atroz contra las empresas de Uber y Cabify, ahora ven que pueden palmar más pasta que si hubieran aceptado de buen grado la sana competencia de esas empresas.
Los muy pardillos de los taxistas de la Ciudad Condal confiaron su defensa legal en Elpidio Silva, el juez apartado de la carrera durante 17 años por prevaricar en el caso de Miguel Blesa (Bankia) y, aunque logró que ambas empresas se fuesen de Barcelona, si bien Cabify ha regresado adaptando sus servicios a un nuevo marco legal, ahora le exige al sector del taxi una morterada.
Tal y como cuenta El Español este 7 de septiembre de 2019, Silva se ha desmarcado con una minuta de dos millones de euros por los servicios prestados, que incluyen un contrato de tres años de defensa legal de este sector.
Por lo pronto, Silva ya ha percibido, según fuentes del sector del taxi de Barcelona, una cantidad cercana a 1.200.000 euros que procede de los 2.000 profesionales del volante que a razón de algo más de 600 euros por cabeza confiaron en su defensa legal.
Sin embargo, ahora el magistrado sobrevenido en abogado exige cobrar una prima de éxito de unos 800.000 euros, algo que según los taxistas de Barcelona no están dispuestos a desembolsar hasta no evacuar consultas con el Colegio de Abogados para comprobar si esa cláusula es legal.