HAY GENTE PARA TODO

La Guardia Civil casca un año de empleo y sueldo al agente que se quedó tan pancho, mirando, mientras azotaban a su compañera

La Guardia Civil casca un año de empleo y sueldo al agente que se quedó tan pancho, mirando, mientras azotaban a su compañera
Una agente de la Guardia Civil, con sus compañeros. PD

Miedo no tenía, porque a la Guardia Civil el valor se le supone, pero es un calzonazos en toda regla.

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha confirmado la sanción de suspensión de un año de empleo impuesta a un agente de la Guardia Civil que decidió quedarse «observando» como su compañera de patrulla trataba de inmovilizar y detener a un tipo, que había sido denunciado por galopar con su caballo entre los viandantes cerca de la ermita del Rocío.

Los magistrados del alto tribunal han desestimado el recurso de J.I.C.M. contra la sentencia del pasado 27 de febrero de 2019 dictada por el Tribunal Militar Central, que confirmaba dicha sanción impuesta en septiembre de 2016 por la Dirección General del Instituto Armado al entender que habían cometido una falta grave de omisión urgente de auxilio.

Según los hechos probados de la sentencia del Tribunal Supremo, el 27 de diciembre de 2015 este agente de la Guardia Civil se encontraba de servicio en el puesto de El Rocío de la Comandancia de Huelva, en el que estaba al mando.

Esa misma tarde, sobre las 18.00 horas, su patrulla recibió un aviso para que se desplazara a los aledaños de la ermita del Rocío, donde se había recibido noticia de que «una persona se encontraba galopando a caballo entre los viandantes y estaba poniendo en grave peligro la integridad de los mismos».

Una vez que el jinete fue localizado cerca de la ermita, él y su compañera de patrulla dieron el alto a esta persona, que «emprendió de nuevo el galope entre los viandantes» cuando los agentes bajaron de su vehículo. Este hecho motivó que se iniciara una persecución, relata la resolución del alto tribunal.

La auxiliar de J.I.C.M. aprovechó un momento en el que el jinete cayó al suelo para detenerle, pero éste se lo impidió porque se abalanzó sobre ella blandiendo una fusta con la que golpeó a la agente en el brazo izquierdo.

«Pese al fuerte dolor que sufría la Guardia Civil inicia acción con el objetivo de inmovilizar al paisano», mientras su jefe, el guardia civil acusado, se quedó observando «a escasos metros, mientras sujetaba al caballo, sin prestar apoyo alguno» a su compañera, indica la sentencia.

Ayuda de un policía fuera de servicio
El jinete incluso intentó sacar una navaja del bolsillo al tiempo que decía que iba a «rajar» a la agente del Instituto Armado.

Dada la agresividad y «la falta de ayuda» por parte del acusado, acudieron al lugar de los hechos un policía fuera de servicio, que fue el que notificó que los ciudadanos estaban siendo molestados; una patrulla de la Policía Local de Almonte (Huelva) y un equipo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

El Supremo considera que la sanción disciplinaria impuesta a J.I.C.M. es adecuada a la infracción cometida, pues la resolución sancionadora razonó con claridad los criterios de proporcionalidad e individualización.

Explica que el director general de la Guardia Civil justificó la gravedad del hecho el «alto grado de afectación a la disciplina habida cuenta de la trascendencia pública de lo ocurrido», a lo que se suma su condición de jefe de pareja y las heridas sufridas por su compañera.

Asimismo, el alto tribunal afirma que con la decisión de adoptar esta resolución no se ha afectado ni a su presunción de inocencia «porque existió prueba de cargo suficiente».

Es más, subraya que durante el procedimiento, el agente acusado se acogió a su derecho a no declarar y que por ello se privó al tribunal de un «relato alternativo» que se pudiera comparar con las testificales.

Te puede interesar

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído