Todo empezó con un aviso a navegantes del número dos de la Fiscalía, denunciando presiones para actuar en contra del Gobierno de la Nación.
Luis Navajas es teniente fiscal del Tribunal Supremo y fue este 21 de septiembre de 2020 cuando se defendió del sinfín de críticas que ha recibido por el informe en el que solicitaba el archivo de las querellas contra el Gobierno de Sánchez por la gestión de la pandemia del coronavirus.
De este modo, la defensa de Navajas fue liarse a navajazos con dos compañeros, dos fiscales del Supremo que habrían intentado influenciarle para que se abalanzara contra el Ejecutivo solicitando la apertura de una causa penal. A uno de ellos les puso nombre y apellidos: Consuelo Madrigal, quien fuera fiscal general del Estado con el Partido Popular.
Algo jamás visto en este órgano y que ha terminado por estallar de lo lindo: Navajas contó Onda Cero a Carlos Alsina que tampoco actuó en base a mandato de la fiscal general, Lola Delgado, la del Lolagate y el Marlaska maricón… Es decir, que se alinea con la que fuera ministra de Sánchez y defiende a capa y espada no haber abierto una línea de investigación contra el Ejecutivo negligente de la crisis del Covid.
«Con esta tropa, yo no voy a la guerra», explicó el fiscal Navajas sobre sus compañeros acusados de los que dice que «están contaminados ideológicamente».
La reacción no se ha hecho esperar, y la Asociación de Fiscales ha lamentado profundamente las palabras de Navajas sobre sus compañeros:
No son respetuosas con el principio de presunción de inocencia del compañero, al que sentencia sin posibilidad de defensa y sin contradicción. Debió ser más prudente.
Así se explicaba Cristina Dexeus, presidenta de esta asociación, en declaraciones a Confilegal.
Un tremendo pollo el que hay liado en la Fiscalía, con Luis Navajas repartiendo navajazos a diestro y siniestro con tal de defender a la indefendible Lola y, de paso, a la administración Sánchez.
