Vaya por delante que la señora tiene 85 años, es madre de trece hijos, siempre ha ejercido de ama de casa y que su cargo más relevante en la vida fue ser fue presidenta del Rayo Vallecano, cuando su emprendedor marido era máxima accionista del club de fútbol.
Pues en el mismo país en el que a los golpistas catalanes se les deja salir libres como pajaritos y a los terroristas de ETA se les trata con algodones, Teresa Rivero, viuda de José María Ruíz Mateos, ha sido condenada a siete años de cárcel por el Tribunal Supremo por delitos contra la Hacienda Pública.
También ha sido condenado el ex apoderado del Rayo Vallecano, Jesús Fraile.
Pese a haber recurrido a la Audiencia Provincial no se han librado de la condena.
Según la sentencia de la Sala II del Tribunal Supremo, defraudaron un total de 8,4 millones de euros en los ejercicios de 2009 y 2010.
A la condena se suma la multa de 16,4 millones de euros a la que tienen que hacer frente. Conjuntamente también tendrán que indemnizar a Hacienda con la cantidad defraudada de 8,4 millones de euros.
Por otro lado, el propio club madrileño no tendrá derecho a recibir subvenciones públicas ni a ningún tipo de beneficio fiscal en un periodo de nueve meses.
No obstante, el equipo se enfrentaba a dos delitos contra la Hacienda Pública por el IRPF y el IVA de 2010, pero ha sido absuelto por el del IVA.
Sus 60 años de amor con Ruiz Mateos
Rivero vivió sus mejores momentos a principios de los 90, cuando se convirtió en la primera mujer que presidía un club de fútbol español, su riqueza cayó con la quiebra de Rumasa hasta quedarse completamente en la ruina.
Teresa nació en 1935, en el seno de una buena familia en Jerez de la Frontera, un año antes de que estallara la Guerra Civil. Su padre, abogado, y su madre pertenecían a clase alta gaditana.
Los Rivero estaban vinculados al cultivo del vino con bodegas como la que lleva su propio apellido pero también otras como la Sanchez-Romate y Pemartin.
Cuando estaba a punto de cumplir 60 años, su marido, máximo accionista del Rayo Vallecano, la nombró presidenta del club madrileño: fue el 12 de enero del 1994.
De este modo, Teresa Rivero se convirtió en la primera mujer en presidir un club de la Primera División de España, a pesar de reconocer públicamente no tener ningún conocimiento sobre el mundo del fútbol.
Bajo su mandato el club vivió los mejores años deportivos de su historia, con su mejor temporada en Primera, la 1999/00 -en que fue cuatro jornadas líder la categoría- su mejor actuación en la Copa del Rey, la 2000/01 y, sobre todo, logrando participar en la Copa de la UEFA, donde alcanzó los cuartos de final.
Teresa Rivero estuvo siempre junto a su marido, tanto en su época de empresario adinerado como cuando ingresó en la cárcel por primera vez, en 1985. Y le apoyó cuando empezó su llamativo via crucis mediático, vestido de Supermán, y en otras muchas actuaciones públicas.
En los últimos años, vivía junto a él en un duplex de Aravaca, cuando se encontraban en Cádiz de veraneo.
