EL MACHO ALFA DE PODEMOS EN HORAS BAJAS

Pablo Iglesias sigue con una legión de guardaespaldas, pero ya no está aforado y le cae la primera querella

Abogados Cristianos denuncia al ex vicepresidente del moño por cuatro delitos por «abandonar a las personas mayores y más vulnerables» en las residencias durante la pandemia

Pablo Iglesias sigue con una legión de guardaespaldas, pero ya no está aforado y le cae la primera querella
Pablo Iglesias, la Comunidad de Madrid, el madroño, el oso y la rata. PD

Hay un viejo refrán español que explica bastante bien cuál es el código de conducto de tipos como Pablo Iglesias: «Un león con el ratón y un ratón con el león».

En otras palabras, que cuando va a arropado y en masa se pone muy valentón, como tuvimos ocasión de comprobar hace tres días en Coslada cuando cruzó la calle protegido por una legión de guardaespaldas para encarnarse con cuatro chavales que gritaban contra la casta o como hizo en 2010 cuando con otros zarrapastrosos montaron un escrache a Rosa Díez en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, y cuando pintan bastos se achica como un pigmeo.

Lo de la chulería y el matonismo no se limita en el caso de Iglesias a un asunto físico. Abarca todos los ámbitos y veremos cómo funciona cuando frente a su chalet no haya dos docenas de agentes de la Guardia Civil, deje de tener a su servicio los abogados del Estado y su colega y compinche Pedro Sánchez llega a la conclusión de que su noviazgo con Podemos ya no le es rentable electoralmente y por tanto no hay que dar cobertura en la Fiscalía, las cadenas de televisión y los juzgados al colega del moño.

Horas después de que Iglesias formalizase su salida del Gobierno socialcomunista ya se ha presentado una querella contra el ex titular de Derechos Sociales por delitos de lesiones y homicidio imprudente, omisión del deber de socorro y desobediencia a la autoridad por «abandonar a las personas mayores y más vulnerables» en las residencias durante la pandemia de la Covid-19.

Como explica Ricardo Coarasa en La Razón, este 1 de abril de 2021, la denuncia fue interpuesta de forma telemática en los Juzgados de Collado Villalba (Madrid) –el partido judicial en el que se encuentra el domicilio del líder de Podemos en Galapagar– por la asociación Abogados Cristianos.

En el documento se puntualiza que Iglesias hizo «caso omiso» del peligro que para la salud pública suponía el brote de coronavirus, contribuyendo así a su expansión.

«Como responsable de Servicios Sociales, abandonó a las personas mayores y más vulnerables, de forma dolosa, sea directa o eventual».

En una evidente referencia al akelarre feminista del al 8-M de 2020, que estimulo desde La Moncloa, RTVE y otras cadenas televisivos, como hicieron otros miembros del Gobierno Sánchez, se explica:

«Estando informado de la letalidad del virus, no sólo no hizo nada para contener lo máximo posible la expansión de la pandemia, sino que tampoco realizó ningún tipo de previsión, y es más, hasta llegó a alentar y animar a asistir a manifestaciones multitudinarias acordes con su ideología».

Polonia Castellanos, presidenta de Abogados Cristianos, insiste en que Iglesias -como vicepresidente del Gobierno y titular de Derechos Sociales- era el responsable de paliar el impacto social de la Covid-19 y que dejó desamparadas las residencias.

«El 19 de marzo de 2020, en una rueda de prensa, afirmó que desde el ministerio que se iba a hacer todo lo posible para paliar la emergencia económico-social provocada por el coronavirus para que nadie quedase en una situación de desamparo.»

«Un año después de estas declaraciones, la pandemia ha segado la vida de 30.103 ancianos y miles de mayores han quedado abandonados, muriendo sin atención hospitalaria, solos y con tratamientos paliativos en el mejor de los casos».

A la vista de los antecedentes, a nadie se le escapa que tiene pocas posibilidades de prosperar la querella, habida cuenta de que el pasado diciembre el Tribunal Supremo rechazó la veintena presentadas contra el Gobierno PSOE-Podemos por la gestión de la pandemia, pero es un paso.

En aquella ocasión, el Supremo acordó remitir las denuncias a los juzgados de Madrid para que las investigasen, en particular respecto a la gestión de las residencias y las muertes de ancianos, que es el asunto por el que quieren ahora empitonar a Iglesias.

El líder de Podemos ha perdido su condición de aforado tras dejar el Gobierno y el acta de diputado.

Si sale elegido parlamentario de la Asamblea de Madrid, algo casi seguro aunque su partido se pegue un cacharrazo en los comicios del 4-M, pasará a estar aforado ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, por lo que si la denuncia prospera y no se archiva de plano, y el instructor advierte indicios de delito contra el líder morado, debería abstenerse en favor del TSJM.

Algo parecido sucedió con el «caso Dina», cuando el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón pidió al Supremo que imputase a Iglesias, aunque el TS se negó al no ver indicios suficientes y devolvió las diligencias al instructor para que siguiera investigando.

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