Se han puesto como fieras los independentistas catalanes, porque están acostumbrados a ser ellos los que empujan, hostigan, increpan y montan ‘pollos’.
No suelen los fanáticos del ‘proces‘ deglutir bien estas cosas, ni que les den unas dosis de su propia medicina. Y se la han dado en la belga Waterloo y con mucha gracia por cierto.
Unos cuantos chavales españoles se desplazaron esta semana hasta la casa del fugado expresidente catalán Carles Puigdemont en Bélgica y arrancaron la placa que identifica la residencia del líder independentista.
El golpista Puigdemont, profugo d ela Justicia española, denunció los hechos en las redes sociales compartiendo un vídeo de su sistema de seguridad en el que se ve a los autores de los hechos actuando a cara descubierta.
«Un grupo de seis personas con bandera española arrancaron ayer la placa de casa donde decía «Casa de la República» y huyeron. No aceptaré ninguna violencia ni intimidación en mi compromiso político. Lo he denunciado a la policía belga y lo he puesto en conocimiento del presidente del Parlamento Europeo».
Un grup de sis persones amb bandera espanyola van arrencar ahir la placa de casa on deia «Casa de la República» i van fugir. No acceptaré cap violència ni cap intimidació al meu compromís polític. Ho he denunciat a la policia belga i ho he posat en coneixement del @EP_President. pic.twitter.com/Qmv0NgNDty
— Carles Puigdemont (@KRLS) May 14, 2021
Por el momento se desconoce la identidad de los responsables de la acción. Ningún grupo, partido u organización ha reivindicado los hechos.
Los motivos de los jóvenes son más que evidentes y basta observar la histeria que se ha desatado re el independentismo catalán. A todos los niveles.
«Todo el apoyo presidente», tuiteó ayer la portavoz del Govern, Meritxell Budó.
El diputado de Junts y abogado de Puigdemont Jaume Alonso Cuevillas aseguró que ha interpuesto a lo largo de los años al menos un centenar de denuncias por delitos de odio, amenazas e injurias por sucesos de este tipo.
«Una única condena», ha agregado tras reclamar a la Justicia belga que responda ante los ataques al líder de Junts.