El Gobierno de Pedro Sánchez sigue agachando la cabeza ante los intereses y condicionamientos de EH Bildu

Marlaska escupe sobre el luto del PSOE: acerca al etarra Krutxaga, asesino del socialista Ernest Lluch

El terrorista esperó agazapado en un aparcamiento por horas para descerrajarle dos tiros en la cabeza del exministro del PSOE

Marlaska escupe sobre el luto del PSOE: acerca al etarra Krutxaga, asesino del socialista Ernest Lluch
Iñaki Krutxaga Elezkano y Ernest Lluch PD

Fernando Grande-Marlaska ha ‘escupido’ sobre el luto del PSOE.

El Ministerio del Interior autoriza, en su línea de satisfacer las demandas de EH Bildu, a cuatro nuevos presos de la banda terrorista ETA.

Entre los beneficiados por el Gobierno de Pedro Sánchez está Iñaki Krutxaga Elezkano, el ejecutor material del asesinato del exministro socialista Ernest Lluch, al que esperó agazapado en un aparcamiento para descerrajarle dos tiros en la cabeza.

También se ha acercado a la líder de ETA Anboto y a Patxi, crítico con la disolución de la banda y cabecilla de una revuelta de presos hace tan sólo un año.

Gracias al PSOE-Podemos, la cárcel de Almería ya no aloja a ningún etarra.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ordenó el traslado de los dos últimos terroristas que quedaban en el centro: Alberto Viedma e Iñaki Krutxaga Elezkano. 

El cobarde asesinato de Lluch

A Lluch lo mató ETA el martes 21 de noviembre del 2000.

El socialista volvía a su domicilio particular tras otro día de trabajo como profesor universitario de Historia de las Doctrinas Económicas, una docencia a la que había vuelto tras retirarse de la política. Introdujo su vehículo en el aparcamiento, pensando que estaba sólo allí dentro. Pero no.

Agazapados tras un vehículo, en la oscuridad, se encontraba esperando desde hacía horas los etarras Iñaki Krutxaga y Fernando García Jodra .

Krutxaga abandonó su escondite para situarse silenciosamente a sus espaldas y descerrajarle dos tiros en la nuca, modus operandi preferido de los pistoleros de la banda.

Una vez en el suelo, le remató con otro tiro.

Lluch posiblemente ni llegó a ver a su asesino, pero es muy probable que la última persona a la que vio vivo fuese a Lierni Armendariz, también acercada hace meses.

Se encontraba vigilando el exterior, a las puertas del garaje, para evitar que la llegada de algún vecino pudiese dar al traste con la operación.

Ella también fue quien ayudó a la huida del talde ejecutor de Lluch. El Ford Fiesta robado en el que huyeron explotaría minutos más tarde en un descampado.

Lluch permaneció durante una hora y media tirado, desangrándose, en el suelo de su garaje junto a su SEAT Córdoba. 

El tiempo que tardó en encontrarle un vecino, que lo halló muerto y abrazado a sus apuntes universitarios. Su asesinato conmocionó especialmente a la familia política del PSOE, donde era considerado una figura de referencia intelectual.

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