Es como para echarse a temblar.
Gracias a la labor inagotable de la Guardia Civil no se está, a día de hoy, lamentando la comisión de atentados terroristas contra líderes políticos a manos de los CDR.
Según una información a la que ha tenido acceso el diario El Mundo, este grupo, considerado como una organización criminal con fines terroristas, tuvo como objetivo a varios políticos.
Y no solo eran concejales de andar por casa.
En absoluto, se habían puesto miras muy ambiciosas y su principal ambición era la de haber acabado con la vida del presidente del Partido Popular, Pablo Casado.
Tras haber sido pillados con las manos en la masa en 2019, los agentes de la Benemérita, una vez revisados sus equipos informáticos, observaron que se habían buscado con persistencia varios nombres para la posible comisión de un atentado contra ellos.
El mandatario popular era la obsesión principal de los CDR, pero había una larga lista de cargos públicos a los que se había ‘marcado’ por parte de esos terroristas.
Así las cosas estaban en esa relación el exdiputado de Ciudadanos José Manuel Villegas, el que fuera concejal de la formación naranja en el Ayuntamiento de Barcelona, Manuel Valls; la edil de Podemos en Sabadell, Marta Morell; Marta Farrés, alcaldesa de esa misma localidad; Joan López, diputado del PP en el Parlamento catalán; o Francisco Aranda, diputado del PSC en el Congreso.
Incluso también estaba señalado un efectivo de la unidad de antidisturbios de los Mossos.
Tampoco se libraron de estar puestos en la diana ciudadanos anónimos que se posicionaron claramente en contra de la independencia de Cataluña.
Tanto era así que hasta tenían anotadas las matrículas de los vehículos pertenecientes a esas personas que no comulgaban con la idea de separarse del resto de España.
De hecho, uno de los primeros objetivos que tuvieron en mente los CDR fue el asalto, ocupación y defensa del Parlamento de Cataluña.
La idea era la de atrincherarse allí junto al entonces presidente Quim Torra y mostrar su oposición a la Justicia por la sentencia dictada contra los líderes del procés.
El “CNI catalán”
La actividad del Equipo de Respuesta Táctica (ERT) de los CDR venía organizada desde un «colectivo clandestino denominado ‘CNI catalán'», lo que les vincula con una estructura aún más amplia y coordinada con una evidente intencionalidad política que, ahora, desde el Gobierno de Pedro Sánchez podrán favorecer a resurgir.
Como parte de los preparativos para la toma de la sede legislativa, el “CNI catalán” les ordenó a «elaborar sustancias incendiarias, deflagrantes y explosivas al objeto de llevar a cabo acciones contra diferentes objetivos que, a la postre, favorecieran el cometido».
En este sentido, los violentos hicieron acopio de «los agentes precursores necesarios, los manuales detallados, los datos y formulaciones manuscritas correctas y el material del laboratorio necesario para la síntesis de los compuestos explosivos».
De acuerdo con la Guardia Civil, «el grupo tenía vocación de permanencia en el tiempo, siendo prueba de ello la constitución del mismo a finales del año 2018 y las intensas relaciones existentes entre sus integrantes hasta el mismo momento de las detenciones».
