No disimula un ápice.
Ha sido empezar a cantar La Traviata sobre Baltasar Garzón y al juez que preside la Sala Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional le han entrado las prisas para que se extradite a Hugo ‘El Pollo’ Carvajal a los Estados Unidos.
La cuestión radica en que Alfonso Guevara es amigo del que fuera en su momento el magistrado estrella de la Audiencia y no gusta que el jefe del espionaje bolivariano esté largando por la boca cuestiones poco decorosas sobre este.
Tal es la afinidad entre Guevara y Garzón que el primero estuvo arropando al segundo en un acto público cuando este ya intuía que iba a ser apartado de la carrera judicial, hecho que se produjo en 2012 a consecuencia de tres procesos judiciales por prevaricación y por cobros irregulares en sus cursos de Nueva York.
La historia es pintoresca a más no poder y la cuenta con todo lujo de detalles el periodista Francisco Mercado en esDiario este 27 de octubre de 2021.
Llama la atención que, precisamente, la Sala Tercera de lo Penal no vio fundamentos jurídicos en las acusaciones del Gobierno de los Estados Unidos contra Carvajal.
El 17 de septiembre de 2019 Guevara deniega extraditar a Carvajal a los Estados Unidos.
El juez subraya que no se precisan qué actos concretos con carácter delictivo cometió; que los hechos que se le imputan como militar y director del Servicio de Inteligencia encajarían dentro de un delito militar y, por tanto, se rechaza la extradición a tenor del tratado de extradición entre España y Estados Unidos.
Sin embargo, ahora al magistrado Guevara le han entrado las urgencias porque se agilice el proceso de extradición a EE.UU sin esperar a que otro juez, Manuel García Castellón, reúna más evidencias sobre el material que Carvajal ha aportado, entre ellas una orden de PDVSA, la petrolera venezolana para la contratación por cerca de nueve millones del bufete de Baltasar Garzón, Ilocad.
Tantos son los nervios que le han entrado a Guevara que ha llegado a afear a Castellón que haya dejado correr dos años sin interrogar a ‘El Pollo’ Carvajal.
El problema del presidente de la Sala Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional se llama amnesia porque, entre otros motivos, García Castellón no tenía nada que interrogar a Carvajal. Él no instruía una causa, sólo tramitaba una detención en nombre de los Estados Unidos.
Y, para rematar el esperpento, la Sala Tercera oculta que entre noviembre de 2019 y septiembre de 2021 Carvajal estuvo fugado. Así que mal podía interrogarlo el juez Castellón.