Pudo eludir la primera citación gracias a una rocambolesca treta de la Fiscalía.
Pero al final la Justicia, lenta pero implacable, ya le ha puesto fecha al juicio al que tendrá que enfrentarse Íñigo Errejón por tener las piernas ‘demasiado largas’.
Será el 29 de abril de 2022, a las 10 horas, en el juzgado de Instrucción número 16 de Madrid.
El líder de Más País, en mayo de 2021, la emprendía a patadas con un jubilado por el único hecho de que este le pidió hacerse un selfie.
Pese a esgrimir por activa y por pasiva que se trataba de una burda invención, lo cierto es que al final se admitió a trámite la denuncia y fue citado para sentarse en el banquillo de los acusados el 25 de enero de 2022.
Finalmente, tal y como se maliciaba en el ambiente, se procedía a la suspensión temporal del acto judicial y la excusa esgrimida para llevarla a cabo por parte de la Fiscalía fue de lo más surrealista.
Como no había motivos de peso y razonados, la carta que se sacó el fiscal de la manga fue la de recusar a la magistrada titular de la sala, Margarita Valcarce.
LOS HECHOS Y UN TESTIMONIO ESCALOFRIANTE
Errejón fue denunciado por un hombre, de 67 años, jubilado y que padece un cáncer, por unos hechos acaecidos el pasado 2 de mayo de 2021 en una calle del barrio madrileño de Lavapiés.
El denunciante se acercó para pedirle una foto pero el político se negó y, al insistirle el viandante, Errejón le propinó una patada en el estómago. Hay imágenes que atestiguan lo sucedido.
La propia víctima cuenta cómo se produjeron los hechos y la violenta reacción del líder de Más País:
Nadie denuncia la patada de un diputado si no está convencido de que hay pruebas que lo pueden demostrar. ¿Cómo demuestro yo que un diputado me ha dado una patada? pero gracias a Dios hay cámaras y testigos, sino, esto se habría quedado en nada.
No es una patada de kung-fu, es muy sencillo, yo lo único que veo es que un señor me da una patada, pero como si lo estuviera molestando, es muy desagradable, algo así como «quítate de aquí cerdo, quítate de aquí guarro», es una sensación de patada rastrera, no es una patada de pelea».
Antes del tema de la famosa patada la hernia de mi barriga, provocada tras mi operación de cáncer de colon, tenía unas dimensiones de 5 o 6 cms, después de la patada empecé a notar como si la carne se estirase… Es la sensación de como si te pellizcasen en la carne y duele. De hecho cuando fui al médico esto ya se había convertido entre 8 y 9 centímetros, el propio doctor me dijo que si esa patada hubiese estado 5 centímetros más cerca de la operación hubiese sido mucho más grave, porque te puede dejar las tripas en el suelo.