El juez José Ricardo de Prada, incorporado recientemente a la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, dictó un auto en el que concedía un permiso penitenciario al preso de ETA, Gorka Loran Lafourcade, condenado por tentativa de asesinato.
El condenado nunca llegó a mostrar arrepentimiento por sus hechos, según el magistrado no es un requisito indispensable que el acusado pida perdón por sus delitos. Esto rompe completamente con lo establecido por la Audiencia Nacional.
Antes el permiso de salida le fue denegado por el juez central de vigilancia penitenciaria, esta vez De Prada dio por buena una carta escrita por el antiguo miembro de ETA lamentando los crímenes cometidos por la banda terrorista, pero no incluía los suyos. El dictamen de la norma provocó un encontronazo entre los dos magistrados.
A esta disputa contestó el presidente del tribunal, Francisco Javier Vieira, en la que no cuestiona la concesión pero sí lo que Loran Lafourcade transmite en su carta:
«A diferencia de otros integrantes de ETA que en el pasado han demostrado su total desvinculación con la banda terrorista y con los objetivos que perseguía, no demuestra el interno con este escrito la reprobación total de la utilización del terrorismo como vía para conseguir objetivos».
De Prada seguía insistiendo en que la ley no exige que exista una petición de perdón. Además, instaba a hacer una crítica constructiva de ese tipo de cartas y dejar a un lado la desconfianza. Una de las excusas puestas por el juez es que no se conoce con certeza cuales fueron sus víctimas.
Presos de ETA en España
Gorka Loran Lafourcade fue condenado a 20 años de prisión por la colocación de explosivos en un tren que cubría la ruta Irún-Madrid. Actualmente, le queda un año y medio por cumplir.
La Sección Primera es el tribunal que se encarga de los permisos y terceros grados concedido a los presos de ETA, si De Prada cambia lo estipulado por la Asamblea podríamos ver a muchos de la banda terrorista en la calle antes de lo previsto.
Actualmente hay 172 presos etarras en España; 93 en el País Vasco y 79 distribuidos por todo el país. A diez de ellos les han concedido la libertad provisional en los últimos meses. Cuando ETA anunció su retirada había casi 600 internos que habían pertenecido a la banda en las cárceles españolas.