MADRID, 5 (OTR/PRESS)
Enredando hasta el final, Ibarretxe ha decidido retrasar varias semanas la publicación, en el Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma, de la Ley con la que pretende consultar al pueblo vasco sobre su futuro.
La jugada, maquiavélica sin duda, pone en jaque al Gobierno de la Nación, en la medida en que le ata de pies y manos. Ya que, mientras la Ley no aparezca en el citado Boletín, no puede ser recurrida ante el Tribunal Constitucional, ni por tanto suspendida.
El Consejo de Ministros del viernes dio luz verde al recurso. Ya tiene el visto bueno del Consejo de Estado y solo le falta la firma del Presidente del Gobierno, pero por mucho que aceleren mientras no se publique nada más se puede hacer.
Ibarretxe, está consiguiendo que las ofertas de apoyo del Partido Popular se demuestren, en este tema, (esperemos que no ocurra lo mismo con el terrorismo) de una extrema fragilidad.
Las acusaciones de dejación de responsabilidades al Ejecutivo van en aumento y las presiones también. El PP va a presentar su recurso y aunque no tiene la capacidad de suspender el referéndum, amenaza con adelantarse al Gobierno para demostrar que no se mueve.
Además, el tiempo ganado Ibarretxe lo piensa dedicar a una campaña de publicidad de su iniciativa, cuya partida presupuestaria aprobara el ejecutivo vasco en los próximos días.
Un de sus acciones va a consistir en una carta, que van a recibir en su domicilio todos los vascos y las vascas con la papeleta de voto incluida, en la que se explica el porqué y el como de la consulta que se les plantea.
Es decir, antes de que el Constitucional lo prohíba se sigue tensando la cuerda y apurando el reto, dando por normal lo que no deja de ser un provocación, al plantear a la ciudadanía una ilegalidad, a sabiendas de que lo es.
Porque Ibarretxe sabe, y lo sabe muy bien, que su Gobierno no tiene competencias para plantear este referéndum, lo llame como lo llame. Ya que la soberanía reside en el pueblo español, del que les guste o no, todos los ciudadanos de Euskadi forman parte.
El problema terrible, que no entiende el lehendakari de todos los vascos, es que la mitad de la población del territorio en el cual gobierna (si no más),si se siente partícipe de una ciudadanía compartida con catalanes , gallegos, andaluces, extremeños, madrileños…
Pero sobre todo, lo que no soportan es que los de las pistolas vengan a decir dónde comienza y termina la patria vasca. Ibarretxe, incumpliendo su palabra, lo que no va a contar en su carta es que, con las balas amenazando, no hay nada que votar.
Victoria Lafora.