Fernando Jáuregui – No te va a gustar.- «Sarko» nos quita hasta el Mediterráneo

MADRID, 14 (OTR/PRESS) Todavía no estoy seguro de si con nuestro vecino francés, ahora encarnado en Nicolas Sarkozy, es mejor llevarse bien que mal. Ahí estaba este lunes Zapatero, asistiendo en París a los fastos de la conmemoración del Día Nacional galo, mientras, en Madrid, una cola inmensa aguardaba para entrar a la celebración de la efeméride en la residencia del muy activo embajador Bruno Delaye, cuyas guedejas canas pueden verse en casi todos los actos sociales que se celebran en la capital: el «tout Madrid» estaba invitado este lunes al macrococtel.

Seguro que las relaciones entre los dos países son mucho mejores ahora que antaño; seguro también que son mejores los lazos y la comprensión con el vecino del norte que con el del sur, pese al optimismo con el que Zapatero regresó de Marruecos.

Pero tengo la impresión de que hemos perdido mucho más a manos de los franceses que de los marroquís. De momento, la foto se la ha hecho «Sarko», uniendo las manos del primer ministro israelí, Olmert, con las del palestino Abbas y él, en el medio, como figura pacificadora en el conflicto de Oriente Medio.

Una imagen que bien le hubiera gustado protagonizar a Zapatero, de haber podido; al fin y al cabo, su antecesor socialista en La Moncloa, Felipe González, fue el anfitrión de una conferencia de paz en Madrid.

Y, encima, París, que no es precisamente una playa mediterránea, se ha quedado con el liderazgo en «nuestro» mar, para merma de la importancia de Barcelona en este terreno o, para ser más exactos, en esas aguas. Eso sí, Sarkozy, muy educado, ha agradecido a ZP su «generosidad» y cooperación para que Francia pudiese quedarse con todo, dándonos algunas migajas, lo cual es de agradecer.

Y es que «Sarko», un político de la especie del tiburón, no pierde ninguna oportunidad: se lleva a la chica más guapa, hace manitas con el israelí y con el palestino, recibe a Obama -que no pasa por España-, echa o recibe inmigrantes sin que nadie se dé cuenta y conduce Europa, acelerando o frenando como motor y piloto que es del vehículo de la Unión Europea.

A Zapatero solo le queda hacer las grandes declaraciones de (buenos) principios, como la del pasado viernes, tratando de erigirse en líder planetario de la acción contra el hambre en el mundo.

Que no es que me parezca mal, que conste: me parece admirable la veta de «buenismo» que alienta en nuestro presidente. Lo que ocurre es que «Sarko» se lleva a la chica y a los grandes, que es como se gana el juego, sin grandes palabreríos.

Fernando Jáuregui.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído