MADRID, 25 (OTR/PRESS)
Desde hace un trimestre, no hay día que no nos depare noticias siniestras en materia económica. Poco a poco, se han ido conociendo las dimensiones de una crisis que en un primer momento pareció una desaceleración pasajera del crecimiento económico, o un desajuste producido por problemas crediticios como el de las hipotecas subprime, y que poco a poco fue mostrando su verdadero y definitivo rostro: el de una crisis económica grave, profunda, y no se sabe bien si duradera en el tiempo. El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, que también ha ido acomodando sus datos y previsiones, calcula ahora que deberíamos salir del bache a finales del año próximo, y que 2010 debiera ser el momento en el que se recuperen los viejos índices de producto interior bruto o crecimiento de la riqueza nacional. Pero hasta entonces, durante este año y medio inmediato, habremos de vérnoslas con las situaciones menos deseables, en materia económica.
Empezando por el paro y sus caras muy amargas. Hoy destaca en su portada el diario ABC que más de medio millón de familias tienen ya a todos sus miembros en el paro. Por fortuna, funcionan los subsidios a las personas que sufren la desgracia de haberse quedado en el paro, en buena parte procedentes del sector inmobiliario, que es el que en mayor medida registra el parón económica, después de una década de brillantes y muy felices resultados.
Efecto fulminante de la misma situación crítica es la adecuación de las previsiones económicas, y más concretamente, del cuadro macroeconómico por el que habrá de regirse la elaboración de los presupuestos generales del Estado para el año que viene. El propio Solbes se veía ayer en la necesidad de ajustar esos datos, rebajando las previsiones de crecimiento al 1,6 por 100 para el presente año, y aún más bajo, del uno por ciento, para el año que viene, sin descartar que alguno de los próximos trimestres se pueda registrar crecimiento cero o incluso negativo. ¿Con situación de recesión? Solbes confía que no lleguemos a esos tres trimestres continuados de crecimiento negativo que significan científicamente la situación de recesión económica. Pero el hecho mismo de que no vaya a superarse el uno por ciento del PIB durante el año que viene, permite anticipar situaciones inquietantes para la economía: además del paro creciente, y del mayor gasto en pensiones de paro, no hay que descartar, sino muy al contrario, que se llegue a superar los tres millones de parados, con la correspondiente destrucción de paro, que ahora mismo aún no se registra. En otros sectores de actividad aún se producen fichajes y crecimientos de plantilla.
Tiempos duros, ciertamente, con menores gastos públicos en aspectos de actividad que no sean los que atienden a la creación y desarrollo de las infraestructuras y otros servicios básicos. En estas materias, en cambio, el Gobierno se propone anticipar o acelerar obras para paliar en lo posible otras situaciones de inactividad y falta de trabajo.
JOSE CAVERO
