Fernando Jáuregui – La semana política que empieza – Los veteranos de este verano


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

Cierto es que Zapatero apuesta por la renovación y no sé si será tan cierto que apuesta, como se susurra, por una joven dama como su propio recambio. Pero, de momento, y más allá de especulaciones, lo cierto y verdad es que el timón del Estado se encuentra en las manos nada inexpertas de veteranos: ha habido relevo generacional hasta ciertos niveles, pero quienes de veras tienen las máximas responsabilidades en el Gobierno son, excluído el propio presidente, gentes que se acercan a la década de los sesenta o que ya la han traspasado. Y sobre esos veteranos va a descansar el protagonismo del verano.

Pedro Solbes, el vicepresidente económico, nos hablará este lunes, en el Parlamento, de la crisis, y dicen en su entorno que presentará algunas medidas que animen al decaído personal; también de crisis, sin tapujos, tratará el encuentro del martes entre Zapatero y los representantes -veteranos ellos también- de los sindicatos y la patronal.

Discutirán un documento en el que aseguran que la situación económica se plantea en toda su crudeza, y, sobre todo, debatirán las posibles salidas: ni Fidalgo, ni Cándido Méndez ni el propio presidente del Gobierno creen, contra lo que dice la patronal, que la solución sea la «flexibilización» de plantillas, o sea, abaratar el despido.

Comprobaremos, pienso, que Solbes, que de momento mantiene un incómodo codo a codo con Miguel Sebastián por lograr una mayor influencia cerca del inquilino de La Moncloa, se abonará a la misma tesis: la crisis no tiene un origen laboral, sino financiero, y comenzar ahora con despidos masivos no haría sino agravarla.

Supongo que algo de eso les dirá también Zapatero a sus interlocutores de este lunes, los portavoces parlamentarios, entre los que deberá ir buscando ya apoyos para unos Presupuestos para 2009 que se presentan muy comprometidos.

En ese marco, el encuentro con el representante del grupo catalán, Duran i Lleida, se perfila como el más importante de la jornada, porque el desencuentro con el PNV, el otro grupo con el que los socialistas podrían lograr la ansiada mayoría para las cuentas del Estado, está cantado de antemano.

También gran protagonista del verano va a ser, sin riesgo de error, el ministro del Interior. Alfredo Pérez Rubalcaba acumula en su haber bastantes éxitos frente al terror de ETA. Se apunta los tantos imprescindibles, consciente de que no necesita hacerse demasiada propaganda: los hechos hablan por sí mismos.

Y la desarticulación del peligrosísimo «comando Vizcaya» demuestra que hay un engranaje que funciona y que, además, hay una maquinaria bien engrasada cuando de ofrecer a la opinión pública la información «que conviene» se trata.

Rubalcaba sabe bien que el mes de agosto va a ser difícil, sobre todo en el País Vasco, donde el lehendakari agita huracanes envenenados contra el Gobierno central; unos huracanes que acabarán arrastrando la carrera política del propio Ibarretxe.

Yo diría que el tercer protagonista, aunque con menor notoriedad, es Miguel Angel Moratinos. El ministro de Exteriores no tiene demasiada buena prensa en determinados círculos de oposición al Gobierno socialista, pero me parece que hay que apuntarle algunos éxitos recientes (la «reconciliación petrolífera» con Hugo Chávez) y no se le pueden, en cambio, achacar reveses como el hecho, denunciado por Mariano Rajoy, de que Obama no haya incluído Madrid en su gira europea; España sigue siendo, y me parece que Zapatero tiene bastante culpa de ello, un país polémico para el elector medio norteamericano, suponiendo que el elector medio norteamericano tenga claro por dónde camina la política española.

Y está, por supuesto, la vicepresidenta Fernández de la Vega. No estoy seguro de que tenga tanto peso específico cerca de Zapatero como en algunos momentos se ha pensado, pero qué duda cabe de que bastantes de las pocas cosas buenas de estos «cien días de horror» se le deben, aunque se note poco. Ahora, doña María Teresa se va a embarcar en uno de sus periplos veraniegos por América Latina, un viaje cuya utilidad se cuestiona en ciertos ambientes, pero que, sin duda, va a servir para preparar la próxima «cumbre» iberoamericana, que se celebrará a finales de octubre en El Salvador y a la que España quiere dar especial relieve.

Quien piense que estos cuatro puntales del Gobierno están amortizados cometerá, sin duda, un grave error. Personalmente, desconfío de la rumorología que asegura que ZP procederá a recambiar a varios de este «grupo de los cuatro» más o menos a mitad de la legislatura. Le son imprescindibles, y los relevos están aún, como se va comprobando, algo verdes. Así que el verano sigue siendo de los veteranos, y perdón por el (mal) juego de palabras.

Fernando Jáuregui.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído