MADRID, 31 (OTR/PRESS)
El mes de agosto, mes de vacaciones oficiales, llega cuando quedan esbozados y en marcha unos cuantos proyectos políticos y económicos: los presupuestos generales del Estado, el diálogo social, el programa de ahorro energético, la fusión de Iberia y British, la adquisición de Unión FENOSA por Gas Natural…
Posiblemente el mes de agosto permitirá comprobar algunos avances en todas estas operaciones en marcha, pero en su mayor parte quedarán para después de que se reanuden las actividades.
Muchas de las operaciones en marcha tienen algo o mucho que ver con la pésima situación económica en la que nos hallamos, y de la que dan muestra los dos datos más recientemente conocidos: el producto interior bruto apenas ha crecido una décima en el segundo trimestre, y en cambio, la inflación en el mes de julio, según los datos avanzados conocidos esta mañana, no cesa en su avance, y se mantiene por encima del cinco por ciento.
Ahora, dirigentes políticos y dirigentes empresariales se toman unas cuantas semanas de descanso, en la seguridad de que el otoño será ajetreado en todas esas materias apuntadas y en otras cuantas más. De momento, se posponen los problemas, algunos de los cuales, con bastante probabilidad, tendrán peor aspecto, si cabe, en septiembre u octubre.
El propio Solbes, por ejemplo, admite que estamos o podemos estar en cualquier momento en niveles de crecimiento cero o incluso crecimiento negativo de nuestra riqueza nacional o PIB. Hay bastante coincidencia en que el regreso de vacaciones nos llevará de cabeza a esas cifras temibles, y a otras situaciones indeseables: mayores reducciones en el consumo, recortes de plantillas y cierre de nuevas empresas…
Lo que resulta evidente para todos es que este mes de agosto será un mes crucial en materia económica, a partir del cual casi todo tendrá perfiles más acusados y negativos: el PIB, la inflación, el paro… Y se supone que también estará más ácida la Oposición al gobierno, aunque sus portavoces, excluido Cristóbal Montoro, procuran no entregarse a cuestiones económicas, posiblemente por desconocerlas.
Y mientras tanto, tendrá que avanzar sustancialmente la operación de construcción de la gran energética española, en torno a Gas Natural y por razón de la adquirida Unión Fenosa. Algunas de las cifras manejadas en el negocio son espectaculares, como las relativas a la compraventa de las acciones de Florentino Pérez, que vuelve a demostrar su visión de las jugadas financieras: la venta de sus acciones en FENOSA le permitirán obtener plusvalías próximas a los tres mil millones tan sólo en tres años, una cantidad que le vendrá muy bien para afrontar la abultadísima deuda acumulada en su constructora ACS.
José Cavero.
