Charo Zarzalejos – El CIS


MADRID, 2 (OTR/PRESS)

La última encuesta del CIS no da motivos de satisfacción al Gobierno. En apenas 4 meses su caída en la percepción de los ciudadanos es una tendencia confirmada.

Según la Vicepresidenta, la dificultad de la situación económica «contamina» esa percepción. Sin embargo, más bien parece que lo que contamina es la sensación de inactividad que muchos, cada día más, detectan en la posición del Ejecutivo.

Baste un ejemplo: aumenta la inflación, se prevén altísimas tasas de paro y resulta que sindicatos y empresarios se reúnen para concluir que en septiembre se vuelven a reunir, y todo ello bajo el amparo de un documento que vale lo mismo para un roto que para un descosido. La crisis galopa y el diálogo social se va de vacaciones.

Es quizás por esto por lo que el ya sabido discurso del Presidente, dirigido a los mas desfavorecidos, no es percibido como suficiente como para que los ciudadanos se sientan seguros. No parece que sea el discurso propio de un capitán cuando el barco zozobra.

Pero no sólo es el capitán. Es que los que están rango inferior, como Miguel Sebastián, tienen la virtud de dotar de un toque de frivolidad a las medidas que proponen, como por ejemplo el levantar el pie del acelerador o el reparto de dos bombillas como complemento a los 400 euros. Todo un poco friki. No suena a seriedad y la gente así lo percibe.

Sin embargo, al Ejecutivo ni la crisis, ni mucho menos el CIS, les quita el sueño. Han cogido el calendario y han concluido que tienen tiempo. Además, esa foto ya referida con sindicatos y empresarios es algo que ha conjurado cualquier riesgo para la paz social.

«Hay tiempo», se dice así mismo el Ejecutivo. «La situación va a comenzar a remontar en 2010; el Estado tiene recursos para cumplir sus compromisos y no es necesario ir a medidas más profundas. Lo gordo de la crisis viene de fuera y tenemos tiempo», se reflexiona tanto en Moncloa como en Ferraz.

Y, claro, de 2010 a 2012 hay tiempo de remontar. En el calendario oficial de llegar «a las elecciones pudiendo afirmar que hemos superado las inclemencias económicas».

El Gobierno del PSOE pierde afectos ciudadanos, pero ¿y el PP? El PP va para arriba, pero no acaba de despegar. «Deberíamos estar cinco puntos por encima», afirman los más ansiosos de Génova. Es verdad que la situación económica es lo prioritario, pero ¿es bastante para el PP centrarse de manera exclusiva en ella?

Zapatero, con inteligencia política, ha optado por un discurso político y no económico. Y en ese discurso dice a los ciudadanos «la izquierda soy yo». ¿Por qué Rajoy se resiste a afirmar «yo soy la derecha»? A Zapatero se le entiende todo, pero ¿y a Rajoy?

Charo Zarzalejos.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído