MADRID, 2 (OTR/PRESS)
Ciudadela, la bellísima localidad del este menorquín era de los pocos feudos que le quedaban al PP en esta isla balear. Era su buque insignia. En las últimas elecciones fueron la lista más votada y sus diez concejales sumados a un representante de un partido local, les permitió mantener la alcaldía. Hasta esta semana canicular en la que se ha producido la rebelión.
Precisamente hace unos días se celebró el congreso regional de este partido en medio de las desavenencias internas. Salió elegida Rosa Estarás pero es evidente que no se ha resuelto nada y que la primera herida se ha abierto precisamente donde más podía doler. Tan enzarzados han estado los dirigentes populares en sus luchas internas, en los apoyos a uno u otro sector, en sostener a Mariano y que se viera, que se han olvidado de los suyos.
Ese parece ser el motivo que aducen los ocho concejales y el alcalde de Ciudadela que en una carta a su partido han comunicado su baja en el PP. Es decir, no sólo han perdido la alcaldía, es que se han quedado con un solo representante que ¡Oh casualidad! ¡es una concejal que aspira a ocupar un cargo en la nueva ejecutiva que salga del congreso del Partido Popular de la isla!.
El motivo de la espantada, según los huidos, es que querían romper el pacto de gobierno con UPCM, que aportó un solo concejal necesario para obtener la mayoría y a quien los que se dan de baja acusaron de continuas injerencias en sus áreas, la junta local del PP; ignorando sus quejas y sin ponerse en contacto con ellos, ordenó seguir con el pacto. Se quejan de haber sido ninguneados y marginados pero su respuesta no ha podido ser más fulminante. Han debido dejar a la nueva dirección del PP balear, encabezada por Estarás, virtualmente noqueada.
Menorca es la isla menos agredida por el ladrillo de todas las baleares, la mejor preservada. Aún así Ciudadela ha vivido estos últimos años una explosión constructora de urbanizaciones que ha enriquecido sobremanera al Ayuntamiento. Con el dinero entrando a espuertas surgen las acusaciones de permutas de terrenos e historias de corrupción.
Ahora llegan los tiempos de escasez, las peticiones de licencias de obra han bajado un setenta por ciento, veremos si los nuevos «independientes» pueden gestionar la pobreza. Y en cuanto a los partidos nacionales hay un refrán que dice: » pelea de pastores, ovejas muertas». Ahora es: pelea de pastores, ovejas que se largan. Tomen nota.
Victoria Lafora.
