Fermín Bocos – Septiembre negro


MADRID, 24 (OTR/PRESS)

Septiembre se anuncia negro. Al dolor no extinguido por las 154 víctimas de la catástrofe de Barajas -funeral en Madrid el día 1-, hay que añadir la desazón que nace de las pésimas noticias relacionadas con la marcha de la economía española. El verano termina dejando malos datos sobre los negocios relacionados con el turismo y la venta de automóviles, sectores que, junto a la construcción, han sido motores del crecimiento de los últimos años.

Este año, la temporada turística no está siendo buena. Ha descendido el número de veraneantes británicos y alemanes: vienen menos, acortan la estancia y gastan poco.

La crisis que también sufre Alemania y el Reino Unido ha dejado a mucha gente en casa y, para colmo, la subida de los precios en España -consecuencia dañina de la inflación-, ha hecho que muchos turistas europeos hayan optado por pasar sus vacaciones en Croacia, Turquía o Egipto, países en los que la estancia resulta más barata.

Si para quien conserva el puesto de trabajo volver a la rutina de los días supone una fuente de estrés, para quien lo ha perdido -tenemos ya dos millones de parados-, septiembre, como digo, se perfila como un mes negro. Ominoso, por obra de una crisis económica y financiera que nos empobrece un poco más cada día que pasa y que, curiosamente, se sitúa con fuerza en el calendario en fechas paralelas a la celebración de unos Juegos Olímpicos. La anterior fue en 1992, cuando la cita olímpica de Barcelona. En aquella ocasión, el ciclo de vacas flacas se prolongó durante algo más de tres años. Después hubo un cambio de Gobierno.

Fermín Bocos.

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