Agustín Jiménez – El medallero de los locos


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

Al parecer, España ha tenido una actuación impresionante en la cosa olímpica. Bielorrusia solo ha sacado una medalla más y Cuba, acosada por la mafia y los árbitros como ha señalado el humorista Fidel, solo seis.

No hemos tenido ni la mitad de medallas de Francia, pero este país , según sus propios periódicos, carece de recursos financieros para aplicar nuestro «plan Zapatero» contra la crisis. La influencia internacional de España es imparable. Valga como ejemplo que los suizos se están familiarizando con las reuniones de botellón.

El éxito de China en los Juegos es de cajón. Tienen personas a espuertas y se mueren por presumir. En cambio, la India, con sus millones de seres procedentes del sánscrito, nunca destaca en las competiciones.

En Pekín han conquistado un oro en el tiro de escopeta. Les vendrá bien para defender Cachemira. . La verdadera paradoja es que, en el dopaje de fraternidad que dicen que son las Olimpiadas, cada país vaya por libre. Excepto durante las ceremonias de apertura y cierre (¡qué hortera la presentación de Londres!), las televisiones han transmitido Juegos diferentes en cada país.

Un récord extraolímpico, tambien visto en televisión, fue el que estableció el presidente de Georgia comiéndose la corbata en solo 10 segundos. Acabados los Juegos, nos queda tiempo libre para recomponer la Europa rota por el malvado oso ruso a invitación del muy demente presidente de Georgia. Pese a su capacidad invasora y su puesto número 3 en el medallero, Rusia es un país retrasado y tan corrupto que a sus soldados invasores les roba las botas el cabo furriel.

El loco del presidente polaco – uno de los graciosos gemelos – les ha hecho cosquillas instalando un escudo nuclear que le ha regalado Estados Unidos «para defendernos de Irán» y un poco de Corea. Aunque parezca extraño, todos esos locos – el de Georgia, el ruso, el polaco, el americano, el iraní, el de Pyonyang – andan sueltos por ahí, compitiendo.

Observan los analistas que el problema de Rusia se acabaría si nos organizáramosa para no depender de los angelitos que la guardan. Pero miren a quién hemos mandado a negociar. A Sarkozy y a Merkel. Ni Alemania ni Francia tienen interés en una estrategia común de la energía. Schröder, el antepasado de la Merkel, trabaja para la petrolera de Putin a cambio de un merecidísimo sueldo. Es de los que han echado la culpa de todo a Saakashvili.

Agustín Jiménez.

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