Rosa Villacastín – El abanico – A Francisco Rivera le tocó la china


MADRID, 26 (OTR/PRESS)
Cuando un comunicado de la Casa de Alba pone punto y final a los rumores sobre una posible boda entre la duquesa de Alba y Alfonso Diez, surgen otros de alto voltaje, que tienen al menos la virtud de poner un poco de alegría a un verano muy necesitado de historias del corazón.

El primero apunta al diestro Francisco Rivera Ordóñez, a quien le ha robado el corazón… una china. Lo cuentan sus amigos, sus allegados, aunque él lo desmiente, no así la crisis que atraviesa su relación con Blanca Martínez de lujo, que de confirmarse pondría al torero de nuevo en el mercado del flirteo.

Y es que Francisco tiene un problema grave; se le alegra la mirada con bastante más frecuencia de lo que les gustaría a sus parejas. Se le alegró durante el tiempo que duró su relación con Eugenia, y se le ha alegrado ahora que vive con Blanca Martínez de Irujo, y se le alegrará cada vez que una mujer bonita se le cruza en el camino, porque al igual que Carmen, su madre, Francisco tiene un algo muy especial que le hace irresistible a los ojos de la gente, pero sobre todo de las mujeres.

Que la chica sea china no me parece importante, teniendo en cuenta que los chinos son casi mayoritarios en las plazas durante el verano, lo importante es que a él le ha gustado. O al menos eso dicen los que fueron a verle a la Plaza de Toros de Estepona, donde se encerró con seis toros, para celebrar sus 1.000 corridas.

Y en donde se vio a la joven por primera vez, espectacular de minifalda, botas altas y bellísima, muy pendiente de todo lo que hacía el diestro en el ruedo, tanto que hubo momentos en que sus miradas se encontraron y saltaron chispas.

¿Pasó algo más? No, ella se volvió a Nueva York, él se retiro, pero la antorcha de la rumorología se había encendido e inmediatamente los rumores empezaron a circular hasta llegar a las inmediaciones de la casa donde viven Francisco y Blanca, quien se habría plantado, harta ya de estar harta de tanto flirteo por parte de su pareja.

No sé cómo se habrá tomado esta noticia la duquesa de Alba -que bebe los vientos por su ex yerno-, y que vive momentos difíciles después de que se hiciera pública su amistad con Alfonso Diez, treinta años menor que ella, funcionario y maestro en el arte de las sevillanas. Una amistad que viene de antiguo pero que se ha dado a conocer ahora, no sé si por fuentes interesadas o porque tuviera visos de realidad.

Lo que si parece es que con el anuncio lo que la duquesa pretendía era dar un toque de atención a sus hijos, ya que se siente muy sola, por más que algunas buenas amigas le hagan continua compañía.

Un toque de atención que ha surtido efecto inmediato, pues después de una tensa reunión, la Casa de Alba, emitía un comunicado a los medios, en el que daban por zanjada una noticia que por unos días hizo las delicias de medio país. O al menos las hizo hasta que otro comunicado, esta vez de la Casa Real, puso las cosas en su sitio. Ante mi asombro confirmaban que Doña Letizia, se había operado la nariz.

No respiraba bien, y los médicos de Zarzuela le recomendaron hacerse una rinoplastia, y se la hizo. Mi pregunta no es si está mejor ahora que antes, mi pregunta es si era necesario un comunicado oficial.

Yo creo que no, este es un tema que pertenece a su esfera más intima, de la que no tiene que dar cuentas a nadie ya que pasó por el quirófano en época vacacional. Sería una frivolidad pensar que cuando la Princesa sufra un constipado, también deberían comunicarlo al país y a los medios. Transparencia sí, pero en los casos verdaderamente importantes.

Rosa Villacastín.

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