Lorenzo Bernaldo de Quirós – Vuelta al cole

MADRID, 5 (OTR/PRESS)

Es lo de siempre. Cuando la situación económica se derrumba, el Gobierno saca un conejo de la chistera para desviar la atención pública. Esa y no otra es la explicación de la iniciativa «garzonita» de abrir una Causa General contra las víctimas del franquismo, a la que el gabinete Zetapé se ha sumado con un entusiasmo extraordinario.

Este tipo de recursos es el propio de los regímenes dictatoriales y populistas que buscan elementos externos y/o internos que les permitan desviar la atención de la realidad inmediata, una especie de opio del pueblo, para el pueblo y sin el pueblo.

Por causalidad o no, la decisión de Garzón viene al pelo para el gobierno socialista que se encuentra contra las cuerdas a causa de la crisis económica que negó y, a su pesar y el de todos, se impone con una lógica aplastante.

En cualquier caso, los datos son tercos. El Gobierno pretende que los españoles olviden que la economía va mal, su nivel de vida cae a marchas forzadas, el paro se dispara etc. sacando a los muertos de los armarios. El lema que hizo posible la Transición, «Paz, Perdón y Olvido» ha sido archivado pero no por razones de justicia sino de oportunidad política.

Hay que poner de relieve los crímenes del franquismo y quizá castigar a quienes los cometieron, si viven, pero si esa lógica se impone habría que hacer lo mismo con los del «otro lado», algunos de los cuales, como Carrillo, son responsables de masacres por las que nunca se les ha condenado ni castigado.

En un país en el que cada familia tiene un muerto en casa es antipatriótico, eso sí lo es, jugar a justicieros de secta. Dicho esto, nada puede evitar lo que el gobierno pretende ocultar, una crisis económica, la más grave del último medio siglo, que se va a llevar por delante los avances de riqueza y prosperidad alcanzados desde 1996. Mientras Zatapero juega a las memorias históricas, la economía española se desploma y el gobierno no hace nada para evitarlo. Esto sí es un auténtico drama y no cebar el fuego del resentimiento con relación a unos acontecimientos que se produjeron hace casi setenta años, espacio temporal cercano al siglo.

A un gobierno no hay que pedirle que juzgue el pasado sino que afronte el presente y cree las condiciones para un futuro mejor para todos. A Zetapé, esto parece no importarle nada. Está empeñado en presidir una de las dos Españas, cuando eso ya no existe. Su actitud es digna de un cuento de Borges: construir algio inexistente para vivir en él.

LOrenzo Bernaldo de Quirós.

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