Francisco Muro de Iscar – Educación, el problema real


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Andamos todos preocupados, por la crisis y las noticias de cada día añaden gravedad al problema: despidos, 500.000 desempleados en un año, cierre de empresas, más déficit, falta de financiación exterior, endeudamiento, huída de inversiones extranjeras… y ninguna medida.

Pero el problema, con ser importante, no es ese. El problema es la falta de competitividad y la bajísima productividad de nuestra economía. El problema no es que la crisis va a obligar a meter un importante recorte en los Presupuestos del Estado -como dice Solbes, no hay mal que por bien no venga- sino que esos recortes van a afectar a las inversiones, sobre todo en I+D, y eso tendrá un efecto aún más negativo sobre una industria y una economía que sólo pueden ser competitivas y crecer si se invierte más, mucho más, en infraestructuras, en innovación, en investigación.

Pero tampoco es ese el problema básico de la economía. Ni Zapatero ni Rajoy hablaron de él en el último debate del Congreso y prácticamente tampoco en la campaña electoral. El problema más grave que tiene España hoy es la educación. La mala educación. Todos los informes, el último el de la OCDE, indican que tenemos más de un 30 por ciento de fracaso escolar. En eso sí que somos líderes. El fracaso escolar, después de los Gobiernos del PP y del PSOE, no ha dejado de crecer y condena a nuestro país.

Pero hay algo peor. Las autoridades educativas están orgullosas de que tengamos uno de los porcentajes más altos de universitarios del mundo mundial. Una enseñanza que ni es obligatoria ni gratuita, pero que es muy cara. No importa que la media para terminar unos estudios de cuatro años sea de seis o siete. Y que cuantos están «subvencionados» para recibir esa enseñanza ni tengan que rendir cuentas ni devolver algo de lo que los ciudadanos les regalamos con nuestros impuestos. Pero lo peor es que al Gobierno no le preocupa que vayamos quince o veinte puntos por debajo de Alemania o de Francia o Reino Unido y de casi todos los países en número de estudiantes que terminan la enseñanza secundaria o la Formación Profesional. Gracias a la demagogia de una izquierda vieja, a la Universidad puede ir «cualquier hijo de obrero» y de millonario, prácticamente gratis, a base de ir bajando cada curso el nivel de exigencia a alumnos… y profesores. Gracias a eso tenemos universitarios colocados de bedeles o conduciendo un taxi. Pero no tenemos suficientes y bien preparados estudiantes de grado medio que son los que demandan las empresas para ser productivas y competitivas. Tampoco preocupa que un 20 por ciento de los jóvenes no tenga ningún tipo de formación a partir de los 15 años… Otra apuesta hacia el fracaso personal y social.

Ninguno de los últimos Gobiernos se ha decidido a invertir de verdad en la educación en los niveles obligatorios -ahí también estamos por debajo de la media de la OCDE- y sólo hacen demagogia y populismo. Pero sin una educación exigente y de calidad no hay salida a la crisis.

Francisco Muro de Iscar.

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