Alfonso Rojo – Un olvido imperdonable


MADRID, (ABC)

No se si se le olvidó o si no estaba al tanto, pero se echó en falta que no citara a Kemal Ataturk. En la Universidad y posteriormente, en la ceremonia del «Iftar», la cena con la que los musulmanes rompen su ayuno al final del Ramadán, Zapatero habló mucho de “Alianza de Civilizaciones”, dio pleno respaldo al ingreso de Turquía en la Unión Europea y agradeció las “aportaciones” del Islam a la cultura española, pero no dijo nada de Ataturk y es un pecado imperdonable.

Allí, sentado al lado de Tayip Erdogan, supuestamente un islamista moderado y a un par de pasos de su pudorosa esposa, cubierta con el velo, podía haberse acordado del hombre que más hizo por convertir a Turquía en un país moderno y obligar a sus habitantes a mirar hacia Occidente.

Ataturk creía que el secularismo y la «europeización» eran imprescindibles para transformar su país en una nación industrial moderna. Y a la fuerza, con impía brutalidad, impuso sus criterios. Abolió el califato, cerró las madrasas –las escuelas coránicas-, abolió la sharia y adoptó una Constitución inspirada en la de Suiza y unas leyes calcadas del Código Penal italiano y del Código de Comercio alemán.

Alentó la emancipación de las mujeres, a las que dio el derecho de voto y la posibilidad de ser elegidas diputadas. Erradico el fez, porque le parecía un símbolo feudal y prohibió el uso del velo a las funcionarias y en los actos oficiales.

Su hazaña más asombrosa fue reemplazar la grafía árabe por el alfabeto latino, para lo que obligó a todos los turcos seis y cuarenta años a regresar a la escuela, a aprender a “leer” de nuevo.

Ataturk, que era militar y murió de cirrosis relativamente joven, domesticó también al ejército y le encomendó como sagrada misión garantizar la condición secular del Estado Turco. Y todo ello hace la friolera de 80 años.

Coincidirán conmigo que ver a Zapatero partiendo piñones con Erdogan, quien en alguno de sus discursos soltó algo tan estremecedor como «los minaretes de las mezquitas son nuestras bayonetas», choca un poco.

ALFONSO ROJO

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Autor

Alfonso Rojo

Alfonso Rojo, director de Periodista Digital, abogado y periodista, trabajó como corresponsal de guerra durante más de tres décadas.

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