Asesinos y fotocopias


MADRID, (ABC)

Erramos en el diagnóstico y nos equivocamos después en la autopsia. Ocurrida la masacre, al bajar las escaleras de la morgue, afloran los interrogantes y parece imposible que nadie se diera cuenta de que el tarado de turno terrorista islámico o asesino en masa, llevaba la palabra muerte grabada en la frente.

Son como fotocopias. Matti Juhani Saari, que el lunes acribilló a diez compañeros en una escuela de turismo de Finlandia, se parece como un calco a su compatriota Pekka-Eric Auvinen, quien hace menos de un año asesinó a ocho estudiante en otro centro escolar o al surcoreano Cho Seung-Hui, quien en 2007 mató a 32 personas en la Virginia Tech.

Todos eran tipos aislados, tristes, retraídos y habían ido dejando un rastro en internet.

Uno se pregunta cómo es posible que el agente que interrogó a Juhani, tras detectar en Youtube un vídeo inquietante, no tomase medidas o le decomisara la Walther P22 con la que aparecía haciendo prácticas de tiro.

La Policía se escuda en que el vídeo, donde se le escucha decir en inglés «Tu serás el próximo en morir», apareció más tarde y que lo único que tenían cuando lo interrogaron eran unas escenas en la que se le veía disparando «inadecuadamente».

En otros tiempos, regímenes o latitudes sería distinto, pero en un país democrático como Finlandia, entre cuyos cinco millones de habitantes hay repartidas millón y medio largo de licencias de armas, eso no es un motivo para detener a un ciudadano.

Que Juhani era «raro», resulta evidente, pero nuestras garantistas sociedades están plagadas de sujetos inquietantes. ¿Cuántos hay que vivan solos con su gato, que toquen la batería de noche o que sean aficionados a las películas de terror?

Si la característica esencial del psicópata es su pasmosa incapacidad de sentir emociones y de ponerse en el lugar del otro, debemos reconocer que hay muchos más entre nosotros.

La inmensa mayoría se limita a prosperar y subir escalones en la empresa, la política o el periodismo aprovechando sus cualidades de «killer». Sólo unos pocos, afortunadamente para nosotros, se lían a tiros o asan gente en el microondas. Que no nos toque.

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Autor

Alfonso Rojo

Alfonso Rojo, director de Periodista Digital, abogado y periodista, trabajó como corresponsal de guerra durante más de tres décadas.

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