MADRID, 30 (OTR/PRESS)
Algunos diarios han destacado en sus ediciones de este martes el saludo afectuoso que el nuevo presidente del Tribunal Supremo y presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, mantiene con su amigo, el cardenal Rouco Varela, presente en la sesión inaugural del Año Judicial que Dívar presidía.
En otro diario se ofrece la imagen del propio Dívar orando en la misa celebrada previamente por el propio cardenal Rouco. Relata un cronista que Dívar habla «en un tono episcopal de sermón amable». Y cualquiera que haya escuchado su discurso, habrá podido pensar que, en efecto, Dívar bien pudiera haber sido, por la unción de sus palabras, un enfervorizado monseñor…
Al margen de esa afición religiosa ya conocida de Dívar, y que reclama y mantiene la curiosidad de los ciudadanos, fieles o no, será preciso adentrarse en su discurso, o en lo que de él destacan unos y otros medios, todos pendientes de ese discurso de comienzo de Curso y Temporada. Señalan los distintos titulares: Dívar afirma que los jueces son responsables de sus errores y atribuye su designación a la benevolencia del CGPJ. Dívar reclama confianza y subraya la necesidad de que haya responsabilidad judicial, y dice que todo juez que viole el sometimiento a la ley o cause daños a terceros habrá de responder.
Dívar advierte a Zapatero de que el CGPJ tiene voz en la reforma de la Justicia y reivindica la independencia de los jueces, que debe ser respetada a ultranza: Al CGPJ le corresponderá, desde la lealtad institucional, un papel esencial en la reforma de la justicia. Todo juez que cause daños a terceros en el ejercicio de la jurisdicción, habrá de asumir la sanción penal o administrativa. Volquemos esfuerzos en conseguir una Administración de Justicia que escuche las quejas de los usuarios, que sea responsable ante ellos.
Dívar advierte a los jueces de que deberán pagar por sus errores. Dívar promete una nueva etapa de justicia despolitizada, reclama independencia y responsabilidad a los jueces. Dívar pide la participación del CGPJ en las próximas reformas legislativas.
Dívar defiende la independencia frente a injerencias políticas; reclama al Gobierno que escuche a los jueces en las reformas legislativas. Todo juez que viole el deber de independencia habrá de responder conforme a derecho. Vengo con sincera humildad y con prudencia en mi corazón. La función jurisdiccional no es acción política, pero sí es acción estatal. No me acostumbro al sufrimiento de las víctimas y su pesar me acostumbra siempre. La independencia judicial debe ser respetada a ultranza.
Dívar pide que se oiga a los jueces en las nuevas leyes. El juez que cause daños a terceros deberá asumir las sanciones que se le impongan. Pedir un derecho es frenar la acción ilícita de quien usa el poder político para fines prohibidos…
Es decir, hay «para todos»: reclamación del derecho a la independencia por parte de los jueces, ciertamente, pero sobre todo, reclamación de responsabilidad de tales jueces y de sus sentencias y restantes decisiones. Con toda probabilidad, muchos jueces pudieron pensar lo mismo que muchísimos ciudadanos: que se estaba refiriendo al juez Tirado, el juez del caso de la niña Mari Luz, al reclamar responsabilidad judicial y «que pague quien cause daños». Es seguro que la decisión del anterior Consejo general del poder Judicial sobre Tirado se modificará y que la nueva decisión será bastante más severa… Con toda probabilidad, el «Gobierno de los Jueces» pretende modificar su «punto de tiro»: El enemigo no es el gobierno «de tendencia distinta», como en el período anterior, sino los incumplimientos de los propios jueces, como primera tarea…
José Cavero.
