Carlos Carnicero – Zapatero y Rajoy: el gato y el ratón


MADRID, 9 (OTR/PRESS)

Es muy posible que no se llegue a celebrar la cumbre entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición. La razón es muy sencilla: cada uno sólo piensa en sacar rédito partidista de ese encuentro.

Estamos en una democracia demoscópica y cada decisión se ausculta en el corazón de los futuros electores. La ecuación es la siguiente: Mariano Rajoy prioriza el desgaste que la crisis puede promover en el Gobierno. Y José Luis Rodríguez Zapatero prefiere presentar a Mariano Rajoy como un irresponsable a tener su apoyo. En este caso dos riñen porque a los dos les interesa.

El gato siempre será el Gobierno, sólo porque es más poderoso. El ratón intentará comerle el queso desde las alas que la crítica intrínseca al papel de oposición le confieren. Y en ese juego se abre camino el descrédito de la política, el frentismo como norma de funcionamiento y la confrontación como tecnología. No importa. En eso llevamos más de una década.

Cada parroquia toma partido sin matices. Si se le pregunta a un militante del PP quién tiene la culpa del desencuentro, la respuesta será inmediata: «el Gobierno». No es una argumentación imposible: el presidente se ha reunido con los banqueros, con los empresarios y con los sindicatos sin informarle al PP de nada. Ahora que ya está cocinada la receta contra la crisis, ¿para que sirve una reunión con el PP? No puede tener ni iniciativa ni contenidos distintos de que el Gobierno informe lo que la oposición ya conoce aunque sólo sea por la lectura de los periódicos. Y en el otro lado, el PP se ha quedado ronco de proclamar la incapacidad del Gobierno frente a la crisis. ¿Por qué le iba a dar espacio el Gobierno a una oposición que está lastrada siempre por la querencia a la deslealtad institucional en cuanto España tiene problemas graves que le aprietan el cuello al Gobierno?

Llegados a este punto, la ventaja que puedan sacar Gobierno y oposición de su adversario es un valor supremo y que deja diluida la responsabilidad de dar una imagen de unidad frente a la crisis. El ratón y el gato están en su salsa. No pueden vivir sin bronca porque esta circunstancia es el único motor de su actividad política. En el fondo, la demoscopia tiene la culpa: generar endorfinas para satisfacer instantáneamente a los ciudadanos se ha convertido en el deporte nacional de la política.

Carlos Carnicero.

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