José Cavero – El desfile que Rajoy calificó de coñazo


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Con bastante probabilidad, durante mucho tiempo, desde este 12 de octubre, la relación de políticos que no prestaron atención a los micrófonos que tenían ante ellos, y cometieron disparates irrecuperables, lo encabezará el de Mariano Rajoy, presidente del PP, al comenzar con Javier Arenas que «vaya coñazo, tener que asistir hoy al destile militar».

Rajoy y la oficina de prensa del partido se dieron prisa para tratar de evitar «el daño causado», pero ya era tarde. Rajoy se añade a la relación de quienes han dicho inconveniencias pensando que no trascendían al público que tenían delante, por pensar que los micrófonos estaban apagados. El propio Aznar habló, en otra ocasión, de otro coñazo, al reconocer ante el auditorio al que acababa de dirigirse un «menudo coñazo les he largado»…

¿Se recupera uno de esta clase de traumas? La primera impresión y el primer deseo que uno tiene cuando tiene noticia de la pifia que ha cometido es la de desear que la tierra nos trague sin más preámbulos. Luego, poco a poco, el episodio se apaga en la memoria colectiva, y sólo de vez en cuanto aparece en los llamados «estupidiarios» que elaboran algunas redacciones de medios informativos, particularmente los radiofónicos, que tienen una relación ya interminable de meteduras de pata de diversa consideración.

No cabe duda de que la metedura de pata de Rajoy es de gran envergadura. No se refiere a cualquier cosa irrelevante: es nada menos que al Desfile militar. Por mucho menos que eso, por no haberse levantado al paso de la bandera americana en ese mismo desfile, el «área facha» y sus medios afines asistentes a esta clase de expresiones nacionales, sigue boicoteando año tras año a Zapatero y el presidente sigue clasificado como «antiamericano».

Pero esa es otra cuestión distinta: cabe preguntarse por qué el abucheado este año fue también Zapatero, a su llegada, después de que quien hablara del destile como coñazo fue Rajoy… Es una demostración más de la irracionalidad de gestos y actitudes particularmente en esa área ultra que sigue acudiendo en abundante proporción a esta clase de acontecimientos con bandera e himno.

¿Qué hubiera sucedido si Zapatero se hubiera referido a la familia real con alguna actitud peyorativa o de insuficiente respeto ante un micrófono «espía»? Se le hubiera negado el plan y la sal, y se hubiera urgido para que su partido se diera prisa en buscarle sucesor por haber quedado desacreditado para los servicios más sagrados de la Nación…

¿Se ha jugado el tipo el líder Rajoy? Es probable que él temiera algo parecido cuando supo de la metedura de pata que había cometido en su conversación privada con Javier Arenas. Tampoco se le va a perdonar fácilmente, aunque sus fieles tratarán de borrar el suceso como han intentado hacerlo con la respetuosa advocación que en su día hizo Aznar del que llamó Movimiento Nacional de Liberación Vasco, para hacer referencia a la banda terrorista ETA. Siempre se trata de arrancar de los archivos la página incómoda o el discurso que no se debió hacer… Y el que se dedique a este oficio, y esté libre de pecado, que arroje la primera piedra, según rezan los Evangelios.

José Cavero.

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