Carmen Tomás – ¿Y la economía real?


MADRID, 14 (OTR/PRESS)
Llevamos días hablando de la crisis financiera. Cómo no. Sin aceite se gripa el motor. Claro que había que solucionar la falta de liquidez en el sistema financiero, porque la falta de crédito estrangula a familias y empresas sin piedad, sin mirar situaciones, oportunidades, necesidades.

Y en España, cuyo sistema financiero según nos dijo el Gobierno era inmune a la crisis financiera desatada en agosto de 2007 en Estados Unidos a cuenta de las hipotecas «subprime» y otros productos basura, también. Nuestros bancos y cajas no sólo no han resultado inmunes sino que están sufriendo con virulencia esta situación de falta de liquidez.

No en vano la economía española financia con fondos externos al menos un 10 por ciento de su actividad. Unos 100.000 millones de euros anuales que hay que devolver.

La crisis financiera lo que ha venido en España es a complicar aún más nuestra ya deteriorada situación económica. Y así nos hemos convertido, al contrario que nuestros socios, en el país con más paro, más inflación, más déficit exterior y peor competitividad. Estos problemas reales agravados por la subida de las hipotecas está poniendo a una parte muy importante de la sociedad española en una situación verdaderamente grave. No nos vale con que el Gobierno nos diga que las pensiones o las prestaciones por desempleo están garantizadas. Lo que queremos es que tome medidas para que no haga falta pagar subsidios. Hay que fomentar con medidas la creación de empleo y la bajada de la inflación.

El IPC adelantado de octubre nos dice que los precios han bajado por efecto sobre todo de la caída del coste del petróleo en cuatro décimas. Pero, hay que mirar la inflación subyacente, la que excluye entre otras cosas el petróleo, y ésta únicamente ha bajado una décima. Es decir que tenemos un problema de inflación estructural que el Gobierno no ataja. Ahora nos venden la importancia de frenar la desconfianza en el sistema financiero.

Y nadie duda de que sea lo correcto, aunque no a cualquier precio y sin las debidas garantías del destino de los billonarios fondos públicos. Pero, lo que en paralelo y desde hace tiempo necesita la economía española son reformas profundas de nuestro modelo productivo y de algunos mercados como el energético o el laboral, menos gasto público y más competencia. De esto es de lo que hay que hablar; de lo que la oposición dice que hay que hablar y de lo que parece que el Gobierno se niega a hablar.

Carmen Tomás.

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