Pedro Calvo Hernando – Completar la transición


MADRID, 17 (OTR/PRESS)

El auto del juez Baltasar Garzón que abre el camino para la investigación de la represión franquista llena con toda su luz los espacios mediáticos y de la opinión pública.

Para todos los demócratas conscientes de este país se trata de una decisión de una trascendencia incomparable. Los que siempre hemos pensado y defendido que el franquismo fue una dictadura sangrienta nacida de una guerra civil encendida por el golpe militar de Estado del 18 de julio de 1936 nos vemos confirmados por este auto del mismo juez que puso en su lugar al dictador Pinochet y que ha contribuido a esclarecer otros crímenes, que en el caso del franquismo, son crímenes contra la Humanidad. Se acabó el contrasentido de dejar que España fuese el único lugar en que a los asesinos no se les diera el tratamiento merecido.

La transición fue una buena obra que no pudo culminarse porque entonces todavía era imposible, constreñida España por el temor a quienes todavía estaban en situación de poder, como mostraron de forma dramática el 23-F.

No se trata de romper la transición sino de completarla. Son altamente falaces los argumentos de la derecha dura y extrema en estos momentos.

Es claro que lo que temen es que la Justicia les alcance de alguna manera, con lo fácil que tenían salirse del círculo de los culpables solamente adhiriéndose a la alegría de los demócratas, entre los que no habría que distinguir coloraciones políticas.

Con sus añagazas se delatan, desgraciadamente. Lo mismo que los mandos de la Conferencia Episcopal, que también achacan revanchismo al afán de esclarecimiento y que aprovechan la coyuntura para amenazar con otras 500 canonizaciones a víctimas de un lado, el de los vencedores, el lado que lleva 70 años beneficiándose, justamente muchas veces, con el reconocimiento y los honores merecidos por su sacrificio.

Hay que detenerse aquí y no caer en esa otra grave injusticia de taparlo todo con la crisis económica y sus consecuencias. También para no incurrir en la concepción materialista de la vida, para la que todo es lucro y economía.

Pedro Calvo Hernando.

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