Carmen Tomás – Papel mojado.


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

Por la mínima, el Congreso ha dado luz verde a las cuentas del Estado para 2009. Unos presupuestos calificados por prácticamente todos los economistas como irreales e inútiles para afrontar la situación de práctica recesión que vive la economía española. La defensa de las cuentas a cargo del vicepresidente Solbes resultó bastante patética. Son los mejores para abordar la crisis, pero se han quedado viejos al haber sido elaborados en julio.

Pero ahí están sin modificar y sin contener medidas para atajar los problemas. La devaluación a la que ha llegado el debate de la que debe ser la ley más importante del año, la que contiene qué piensa hacer el Gobierno con el dinero de los impuestos, cuáles son las prioridades y la política económica a aplicar, es de categoría supina. La prueba más palpable de esto que digo es que al final con los votos de dos partidos minoritarios y nacionalistas a cambio de prebendas dinerarias y políticas se sacan adelante como sea.

Los presupuestos de 2009 son ya viejos, lo eran antes de ser aprobados, antes desdeluego de llegar al Parlamento. Supongo que en algunos aspectos se corregirán en el debate de enmiendas. Al menos, se incluirán los créditos extraordinarios que habrá que liberar para hacer frente al decreto de emisión de deuda para comprar activos a bancos y cajas. Y no se realmente si algo más. Si para el Gobierno las cuentas son excelentes para abordar la crisis, habrá que esperar bien poco del debate de enmiendas.

Me temo que ninguna de las mejoras que quieran introducir PP o CIU o el partido de Rosa Díez, por poner algunos ejemplos, se tendrán en cuenta. Es decir que lo de que nos bajen los impuestos hay que olvidarse. Nos daríamos con un canto en los dientes si no los suben. Y la cifra de déficit que contemplan va a ser un juego de niños con la que se nos viene encima, al estar mal calculada una de las partidas importantes como es la de prestaciones y subsidios de desempleo.

Realmente se puede decir que de lo que más ha presumido Zapatero, el cuentito de la política social, es de lo que más adolecen estos presupuestos. Reduce las transferencias a las comunidades autónomas en lo que tiene que ver con la sanidad, la educación o la dependencia. Y, además, consagran, tiran la toalla sobre el paro, que es lo más antisocial que hay.

Carmen Tomás.

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