Charo Zarzalejos – El G20


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Ni estamos ni se nos espera. Nunca lo hemos estado. Nunca hemos pertenecido al G7 ni al G8 ni a ningún otro club en el que se dan cita los más poderosos. La culpa no es del Presidente del Gobierno. Todos estos clubes se rigen por unas normas y unos criterios que muy difícilmente se van cambiar de la noche a la mañana. No hemos estado y no ha pasado nada. La economía española ha ido creciendo y el país se ha ido fortaleciendo sin formar parte de ninguno de estos foros. ¿Es mejor estar?. Desde luego. ¿Qué sería deseable que se escuchara en vivo y en directo la voz de España?. Parece obvio. Pero ¿hay que hacer un drama nacional por no estar en la anunciada reunión de los veinte?. Todo indica que no, que no hay que hacer drama alguno cuando tenemos problemas más próximos y más lacerantes como son las inmensas colas para acudir a los comedores sociales.

Las crisis, en términos generales, tienen efectos secundarios sorprendentes. Uno de ellos es que en Europa se ha desatado una carrera por el liderazgo realmente insólita y hoy todos los jefes de Gobierno europeos están más fuertes que hace tres meses. Es en esta clave de pugna en la que hay que contextualizar algunos movimientos. Desde luego el del Presidente del Gobierno de España que parece haberse tomado la no presencia de España en la reunión de los 20 como una cuestión de honor nacional y realmente no lo es.

El problema no es no asistir a la reunión de los 20. El problema, en todo caso, habría que situarlo en Europa en donde cuando se reúnen los líderes raras veces cuentan a la primera con España y no es que España no sea importante, que lo es, es que ocurre que no siempre nuestra diplomacia ha estado todo lo fina que debiera y en las cancillerías se toma nota hasta de la respiración.

Pero es que además y quizás ahí esté el asunto principal es que el Presidente ha alentado demasiadas expectativas. Si superamos a Italia, si cada día estamos más cerca de Francia ¿cómo es posible que no cuenten con nosotros?, se preguntan los ciudadanos y es esto lo que tiene que gestionar el Presidente. Gestionar la sorpresa y desaliento que pueda existir en algunos ciudadanos y en determinados ámbitos de opinión que siendo, según sus palabras poco menos que líderes mundiales, ven con sorpresa que acuda la convulsa Argentina y no España.

Sabido es que hay quienes alientan los esfuerzos del Presidente por lograr la presencia de España en la reunión de los 20 y hasta es posible que para algunos sea una obligación del Gobierno luchar por este objetivo. Personalmente pienso que hubiera sido más inteligente abogar por un cambio de criterios y de normas para entrar en determinados clubs que tratar de entrar a toda costa cuando además está por ver que da de sí la tal reunión. En un momento de perpetua convulsión no quiero ver al Presidente del Gobierno de España pidiendo un poquito de «por favor». Miremos todos a nuestro propio país, a esos conciudadanos que acuden a buscar ayuda a las entidades benéficas, a las familias con todos sus miembros en paro. Sin querer caer en demagogia alguna y sin restar importancia a la política planetaria que sin duda la tiene pienso que nuestra asignatura más urgente no es acudir a Estados Unidos para estar con Argentina o China, sino ocuparnos de aquello que realmente nos aleja del liderazgo que todos deseamos para nuestro país.

Charo Zarzalejos

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