Pedro Calvo Hernando – Por un orden internacional más justo


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

Los máximos dirigentes de los países son sus más altos representantes dentro y fuera del territorio nacional. El presidente Zapatero, como el Rey pero en otra línea, es quien representa a España y si nuestra nación ha de estar presente en los foros internacionales, lo estará en la persona de su presidente. Es una falacia eso de jugar con los intereses personales de Zapatero para justificar cualquier falta de apoyo a su presencia en la cumbre económica del 15 de noviembre en Washington. Y mucho menos para alegrarse de su eventual ausencia, como hacen por anticipado tantas voces de la derecha recalcitrante -no Rajoy-, que colocan sus inquinas y rencores por encima de la más elemental defensa de los intereses nacionales, representados y defendidos por el presidente del Gobierno de la nación. Y todavía menos para ponerse del lado de Bush y dar por buena su política de venganza contra Zapatero por unos hechos de nuestro presidente que han concitado luego el asentimiento de todo el mundo, especialmente la retirada de las tropas españolas de una guerra injusta y genocida.

Todo esto lo digo como lo pienso, y sin desconocer comportamientos censurables del propio Zapatero y de su Gobierno, como pueden ser su tardanza en reaccionar adecuadamente ante la crisis mundial o su falta de claridad sobre lo que de verdad quieren conseguir con ese anhelado protagonismo en los esfuerzos internacionales por conjurar la crisis. Por supuesto que una elemental coherencia del presidente del Gobierno tendría que llevarlo a trabajar no por una refundación del capitalismo, que me parece un objetivo vergonzoso e inútil, sino por la fundación de un nuevo orden internacional más justo y humano, tan alejado del capitalismo salvaje como del comunismo soviético, a la vista sobre todo de que ninguno de los dos ha sido capaz de conseguir algo tan elemental como el bienestar, la paz y la democracia a escala global. Es Zapatero, junto con Gordon Brown, Lula da Silva, enseguida Barack Obama y otros por el estilo, quien tiene la obligación histórica de trabajar en esa dirección.

Pedro Calvo Hernando.

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