Agustín Jiménez – La economía mal, la gente bien


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

Un clérigo notable de la Inglaterra profunda se ha sacado un titulo de administrador de empresas y, combinado con unos valores que dice que tiene, está cambiando la eficacia de una diocesis de manera inteligente. Trae el reportaje el «Finantial Times», señalando asimismo que cada vez hay mas gente inhabitual en las clases de ordenamiento financiero. Esta pasando con todo. La guerra era demasiado seria para dejársela a los militares. La religión es un peligro en manos de los clérigos. La economía mangoneada por los economistas nos ha metido en este agujero. Anota el periódico que, en algunos cursos, los estudiantes de economía se han hecho mas solidarios entre ellos, que viven sus clases como comunidades en la esperanza de ser un día gestores responsables.

Otras rúbricas apuntan que los humilladísimos islandeses, que están vendiendo sus coches de lujo y abandonando sus últimos hábitos culinarios en favor de las baratísimas salchichas que preparaban sus abuelas, son ahora mas amables entre sí, no sabiendo con quien van a coincidir en las colas de la beneficencia pública. Los islandeses reservan su animadversión para Gordon Brown, el famoso gafe británico recientemente canonizado (pues tan mal estan las cosas). Para congelar los fondos de los bancos islandeses, Gordon Brown echó mano de la legislacion antiterrorista. Los histéricos no discriminan. En las semanas venideras estemos preparados para cualquier cosa y tratemos de organizarnos con la ayuda del clérigo compatriota de Gordon Brown.

En efecto, los presidentes del ejecutivo (!que palabra siniestra!) y de los bancos e instituciones financieras solo hablan entre sí. Se conocen tan bien y se fían tanto unos de otros que ninguna de las medidas propuestas, pagadas por personas que, en muchos casos, ni siquiera tienen cuenta corriente, ha conseguido infundir confianza a eso que llaman los mercados. Paises enteros hacen cola ante la sede del Fondo Monetario Internacional pidiendo una limosna para llegar a fin de mes. Islandia ya está acompañada por Ucrania y Hungría y a saber qué pasará si, con un monedero de mas capacidad (pero igual de vacia) llegan Turquía o Brasil. El sucesor de Rato, Dominique Strauss-Kahn, no encontrara tiempo para tontear con el personal femenino.

El último efecto de la crisis (o lo que sea) es el desplome de las bolsas de Asia. La de Japón se ha ido al traste y no por culpa de los activos tóxicos (gran especialidad americana y un poco del Banco Santander, palabra típica de nuestro ambiente de contaminación generalizada) sino de un sistema peculiar de acciones empresariales detentadas por los bancos. Para añadir contaminación a la salsa, en China, sexta economía mundial, ha estallado la enésima crisis de porqueria alimentaria.

Aparte del politiqueo interno, no es seguro que la eventual presencia de Espana en la importantísima cumbre mundial convocada por Bush y Sarkozy sume una barbaridad de ideas nuevas al G-8 y al G-20, que solo se pintan solos para hacerlo mal. Por cierto, la prensa internacional no comenta mucho ni los apuros de Zapatero por salvar la cara en el evento ni las pullas de Rajoy, recordándole sus errores con la administracion americana. La elegancia moral de Rajoy solo la superan su majestuoso dominio de la lógica, su imparable energía y sus modelos políticos. El mas significativo, el idiota de Bush, no ha querido irse del despacho sin causar una pequeña dosis de daños colaterales, ésta vez en la frontera de Siria. El resto, empezando por la situación económica, ya lo ha dañado completamente.

Agustín Jiménez.

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