Consuelo Sánchez-Vicente – Traición consumada


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

Después de incumplir su pacto con el PP en la votación de los Presupuestos del Estado, UPN podía hacer dos cosas, disculparse y reiterar que en futuro sería fiel a sus compromisos, o romperlo definitivamente. Al suspender de militancia al diputado que no siguió la instrucción de abstenerse en esa votación, UPN ha optado por lo segundo; y sobre ella deben recaer exclusivamente, en mi opinión, las consecuencias políticas y electorales de la ruptura. El hecho de que tras la primera traición de Miguel Sanz, Mariano Rajoy optase por «parar el reloj», le daba al navarro la oportunidad de elegir, y lo que ha elegido es levantarse de la mesa. No era razonable esperar que el líder del PP respondiese a esta segunda provocación de sus socios navarros de otra forma que dando por concluidos sus 17 años de colaboración, simplemente.

Que quien gana es el PSOE yo creo que es más que evidente, y que quien le ha puesto en bandeja esa victoria es UPN, también. Lo que en estos 17 años ha hecho caer el gobierno de Navarra del lado de UPN ha sido que la derecha concurría unida bajo unas siglas a las elecciones de la comunidad. Pero con la derecha dividida en Navarra, la próxima ronda autonómica caerá con toda probabilidad como una fruta madura en el cesto de la izquierda. O sea, en el ceso socialista. Por conservar el pan de hoy – tal vez, el pan personal del actual presidente Miguel Sanz – UPN puede haber puesto en riesgo de extinción, desde mi punto de vista, su propia existencia, y a poco que el PSOE quiera, incluso terminar la legislatura en el poder.

Que el PP no sale precisamente bien parado de este lance también me parece obvio. Ponerse ahora a fundar su filial navarra le va a distraer de su trabajo como oposición en la comunidad y, sobre todo, creo que le va a hacer incurrir en penosas contradicciones ya que de donde tendrá que reclutar a sus futuros militantes es de las filas de sus hasta ahora socios de UPN. Las ingenuidades en política se pagan, y si ya fue arriesgado pactar hace 17 años no existir en Navarra, que un partido nacional carezca a estas alturas de siglas propias en una comunidad tan explosiva políticamente como Navarra me parece una ingenuidad. Pero al menos los populares han jugado limpio todo el tiempo. UPN, no. De los dos, el PP es el traicionado. UPN, el traidor.

Consuelo Sánchez-Vicente.

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