MADRID, 29 (OTR/PRESS)
Consumado está. Son muchos los medios e informadores que se han referido a la ruptura del PP y UPN, tras 17 años de pacto, como un divorcio finalmente consumado. Se veía venir, desde el momento en que el partido de Miguel Sanz anunció que «sus» dos diputados en el Congreso no se opondrían a los Presupeustos generales del Gobierno porque esos presupuestos contendrían trato particularmente beneficioso para Navarra y los navarros. Desde el PP hubo protestas, gestiones, intermediaciones y finalmente amenazas. Esto último ya fue insoportable para los navarros, y su directiva en pleno decidió mantener su actitud al precio que fuera. Finalmente, el precio se hizo público ayer: el PP, que se lo había pensado mucho, finalmente parece haberse visto obligado a emprender su propia vía al margen de la que siga la Unión del Pueblo Navarro: abrirá sede propia y constituirá su propia delegación navarra, totalmente al margen de lo que haga el partido de Sanz.
Posiblemente no complace a ninguna de las dosd partes, pero a eso han conducido esos planteamientos a los que forzaron los acuerdos de la UPN con los socialistas para darse un recíproco apoyo en los presupuestos, tanto en Madrid como en el parlamento navarro. Y ya se anuncia que el PP abre sus listas de afiliación en Navarra. Con bastante probabilidad, tendrá a su frente a los dos militantes, hasta ahora de UPN, que más se caracterizaron por alinearse con el PP, Jaime Ignacio del Burgo, en la sombra, y Santiago Cervera, el diputado que prefirió alinearse con el PP en la votacoón de la semana pasada en el Congreso.
Los dos serán, con bastante probabilidad, los elementos sobvre los que se cosntruya este PP Navarro al margen de la UPN de Miguel Sanz… Y sólo queda por comprobar el éxito que tiene la iniciativa de Rajoy y sus colaboradores, en buena medida empujados por una opinión que venían calificando con adjetivos como «actitud cobarde y pusilánime» las dudas y titubeos de una dirección del PP que ha valorado muy seriamente las dificultades que tendrá la creación de su nueva sede y partido en Navarra. Precisamente, para afrontar esas acusaciones de falta de coraje de Rajoy, éste ha proclamado su gran definición del momento: «Yo todavía me visto por los pies», tal vez haciendo referencia a la condición femenina de la cobardía y la indecisión….
Lo cierto y verdad es que ya estamos en la hora en que cada cual culpa al otro de la ruptura, como en cualquier divorcio… Para la otra parte, para cada una de las dos partes del conflicto, es indiscutible e indudable que el rupturista fue «el otro», y que a ese otro debe trasladarse la factura de la infidelidad… Para unos, el culpable indudable es Miguel Sanz, cuya retirada de la presidencia de Navarra y del partido navarro podrían «resolver» el problema. Para otros, el problemático habría sido Rajoy, primero por sus dudas y perplejidad ante los «díscolos navarros», o bien por haberse fiado de algunos de sus colaboradores que buscaron solución antes que hubiera problema, alentando la «traición» o la «deserción».
Luego, la duda final: ¿Rompo o no rompo? ¿Reanudo o reestablezco las condiciones de colaboración sobre otros criterios más claros, que eviten las dudas de esta ocasión? Hasta el último momento, ayer mismo, se había sospechado que sucedería esto último, por la curiosa coincidencia que habían mostrado en sus correspondientes declaraciones tanto Miguel Sanz como Javier Arenas. El navarro de UPN y el andaluz del PP habían expresado su deseo de proceder a otra reformulacioón del pacto -dijo Sanz, o bien «deseamos un cuadro de reformulación del pacto y de garantías de cumplimiento», que planteaba casi a la misma hora, ayer por la mañana, el muy influyente -parece que en este caso muy determinante Arenas, en declaración al diario lanacion.es. Pero eso era antes de que a Rajoy se le hincharan las narices y proclamara que se viste por los pies, como los hombres de toda la vida…
José Cavero.
